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DEBATES

Las declamaciones transodiantes llegaron a la pluma de una referente cultural

La escritora colombiana Carolina Sanín viene destilando su odio contra las personas travestis y trans desde hace largo tiempo, sin embargo la semana pasada consiguió aumentar llamativamente su audiencia apelando a la victimización. Acusó públicamente a la editorial mexicana Almadía de no publicar dos de sus libros, cuyos derechos había comprado, castigándola así por sus "opiniones". ¿Pero es sencillamente una opinión negar la existencia de otres? ¿Por qué se da por cierto lo que dice cuando no hay ningún comentario al respecto de la editorial? ¿Cómo puede presentarse como una víctima de la censura una intelectual que se expresa semanalmente en un diario popular en Colombia? ¿Por qué resulta más indignante la cloaca tuitera que el pánico moral que habla de "holocausto de las mujeres" -Sanín dixit- por la mera existencia de personas trans?