Cinco integrantes de la Policía bonaerense irán a juicio oral por el homicidio de Luciano Olivera, el adolescente de 16 años asesinado en diciembre del año pasado en la ciudad de Miramar. El juez de garantías de Mar del Plata, Gabriel Bombini, elevó la causa a juicio y los agentes deberán enfrentar el proceso que aún no tiene fecha definida. El principal acusado, Maximiliano González, enfrentará la posible pena de prisión perpetua por el homicidio "triplemente agravado" de Luciano, mientras que los otros cuatro agentes serán acusados de encubrimiento. El adolescente fue asesinado en la madrugada del 10 de diciembre en el marco de un retén policial irregular. 

Con un escrito de treinta páginas, el titular del Juzgado de Garantías N°5 de Mar del Plata decidió hacer lugar al requerimiento de la fiscal de instrucción, Ana María Caro, que en octubre había pedido la elevación a juicio después de realizar la reconstrucción definitiva de los hechos. El oficial González, de 26 años, acusado de disparar la bala que mató a Luciano, enfrentará entonces la imputación de "homicidio triplemente agravado por alevosía, por haber sido cometido por un miembro de fuerza de seguridad y mediante el empleo de arma de fuego".

Según la investigación de la fiscal Caro, esa madrugada Luciano fue interceptado en la calle 9, entre 34 y 32, mientras circulaba con su moto Yamaha YBR 125. Lo detuvo el patrullero en el que viajaban González y otros tres policías, y fue el oficial quien descendió del vehículo para disparar "en forma sorpresiva contra la humanidad de Luciano", según la fiscal. En el pedido de elevación a juicio, Caro agregó que el adolescente no llegó siquiera a percibir la "acción intempestiva" de González "a los fines de ponerse a resguardo, pues conducía el motovehículo y el mismo se encontraba aún en movimiento a una distancia mayor a un metro". 

Esa misma madrugada, Judith Aristegui, la madre de Luciano, llegó al lugar y se encontró con la versión oficial de que su hijo había sufrido un accidente. La propia mujer denunció que fue ella quien se dio cuenta de que le estaban mintiendo al descubrir que Luciano tenía un disparo en el pecho. "Yo le descubrí en el pecho una mancha de sangre chiquita, le levanto la ropa y tenía un tiro", contó Aristegui en los días posteriores al asesinato, en una conferencia realizada junto a los padres de Lucas González, el joven asesinado por la Policía porteña solo tres semanas antes del crimen de Luciano. 

Por el encubrimiento serán juzgados los tres policías que iban en el patrullero con el oficial González. Se trata de los sargentos Kevin Guerricagoitia y Rocío Mastrángelo, y el oficial inspector Nelson Albornoz, a quienes también se les imputa el delito de "falso testimonio". Solo Albornoz y González se encuentran en prisión preventiva y llegarán al juicio en esa condición. El quinto agente procesado es Alejandro Cepeda, integrante del comando de patrullas miramarense. Entre otras cosas, a Cepeda se lo acusa de facilitarle a González un teléfono celular con el que realizó comunicaciones para intentar encubrir el crimen.

El juez Bombini no aceptó todos los requerimientos de la fiscal. La oficial María Estela Mendoza, acusada de demorar la denuncia del asesinato al Ministerio Público, estaba imputada por "incumplimiento de deberes de funcionario público". Sin embargo, finalmente fue sobreseída por el magistrado, quien aseguró que la acusación contra ella era "inconsistente". La familia de Luciano, representada por el abogado Gregorio Dalbón, apelará esta última decisión.