“La Facultad de Derecho es la matriz de formación de un abogado desligado de lo social.” La crítica corre por cuenta de Fernando Muriel, recién electo como consejero por la minoría del claustro de graduados, como representante de un frente de agrupaciones peronistas. En diálogo con PáginaI12, Muriel cuestiona el conservadurismo dominante en la facultad y señala que la formación vigente ofrece más herramientas para darle marco legal a una empresa offshore que para “entender el derecho en función de los sectores populares”.

Muriel integra La Cámpora y resultó electo como graduado por la minoría desde la lista del Frente de Abogados Populares, un espacio que además contiene al Movimiento Evita, JP, Sitraju, Justicia Legítima, 14 Bis, Nuevo Encuentro, UPCN, NEP, AJUS, CAL 7 de julio, CAP, FUP, Cumpas y Grupo de Litigio Estratégico. Lograron sacar casi mil votos, lo que significó el 28 por ciento del total de los egresados que participaron de la elección. Con el 59 por ciento de los votos, la mayoría del claustro (tres bancas) fue retenida por el bloque radical que gobierna la facultad, en alianza con sectores macristas, socialistas y de otras fuerzas.

“Creemos que la facultad es la matriz de formación de un abogado desligado de lo social”, dice Muriel, y profundiza: “También existe el juridicismo, una perspectiva que considera que el derecho puede resolverlo todo”. Como ejemplo de la distancia entre la facultad y la sociedad, Muriel señala que la Facultad de Derecho fue una de las pocas casas de estudios de la UBA que no se pronunció ante el fallo del 2x1 con que la Corte Suprema benefició a un represor: no lo rechazó, ni se expidió. Para justificar semejante omisión, “los argumentos fueron que la facultad debía hacer un análisis desde el derecho y no político. Como si alguna decisión no fuera política”, cuestiona el consejero.

“Es una casa de estudios vinculada al conservadurismo –subraya–, que busca un derecho para pocos y no para el conjunto de la sociedad”. Además, remarca que los planes de estudios vigentes fueron “impuestos en 1985 por organismos internacionales”. En la formación del abogado se le da más relevancia a “saber cómo hacer un empresa offshore que a entender y abarcar el derecho en función de los sectores populares”. 

Por eso, Muriel festeja su elección para integrar el consejo directivo: “Este lugar se lo sacamos a la derecha, al Colegio de (Abogados de la Ciudad) la calle Montevideo, el más reaccionario”, dice. Desde 2011 que el peronismo mantiene su espacio de minoría en el claustro de egresados. “Nos convertimos en un actor central, porque hay una porción de la facultad que piensa y quiere una institución más parecida a su gente.”

Otro ejemplo puso Muriel para criticar la orientación que se inculca desde la cúspide de la unidad académica: “La estrella del derecho administrativo en la facultad es Guido Santiago Tawil, el abogado de Odebrecht, que quiso hacer avanzar un acuerdo con el Gobierno que roza la ilegalidad. Es uno de los abogados que representa a empresas privatizadas desde los 90”. Para el consejero por la minoría, “se enseña cómo hacerle juicio al Estado y no cómo fortalecerlo. El derecho en el fondo es ideológico”. Y en cuanto al derecho laboral, para Muriel ese área “facilita” la flexibilización que sirve para “imponer más ajuste”. Desde ese punto de vista, también hace una autocrítica: “El peronismo dejó de lado durante mucho tiempo a las universidades, hasta que se crearon las universidades del conurbano bonaerense. Por eso, hoy muchas universidades son un semillero de los que implementan el ajuste”.

Antes de fin de año, tal como pasará en todas las facultades de la UBA, el consejo directivo de Derecho deberá elegir al nuevo decano de la casa. La actual decana de Derecho, Mónica Pinto, deberá dejar el cargo porque está concluyendo su segundo mandato y ya no puede presentarse. El oficialismo no definió aún su candidato, y entre otros se barajan los nombres de los profesores Alberto Gueres y Daniel Vitolo. En ese marco, la oposición mantiene diálogo con distintos sectores para poder presentar una candidatura propia, pero no es seguro que consiga los avales necesarios. En cualquier caso, Muriel dice que trabajarán por “transformar a la facultad” y a la formación, para que “los abogados entiendan que están insertos en la sociedad, y que las herramientas que manejamos deben servir para mejorar la vida de la gente y no al revés”.

Informe: Gastón Godoy.