La selección japonesa logró este miércoles un impacto casi tan fuerte como el que logró Arabia Saudita el martes ante Argentina: con dos goles en ocho minutos, los nipones le dieron vuelta el partido a Alemania para ganarle 2-1 en un encuentro en el que habían sido claramente superados y que podrían haber sido goleados. Los germanos dominaron durante 75 minutos, pero se quedaron sin resto y lo pagaron con una derrota inesperada que dejó más abierto que nunca el Grupo G de la Copa del Mundo.

Si alguien sólo vio la primera hora del partido, jamás podrá entender que Alemania no haya ganado el juego. Ya en ese momento era raro que solo lo hiciera por un gol, aquel penal que marcó Gundogan en el primer tiempo, teniendo en cuenta que tuvo el dominio estratégico, físico y psicológico del trámite, además de generar numerosas ocasiones de gol frente al arco de Gonda.

Alemania marcó la pauta del encuentro, con la presencia de Kimmich y Gundogan en el centro del campo, la intensidad de Müller en el ataque y los destellos de Musiala por las bandas. La asociación de jugadores en ofensiva golpeaba a la defensa japonesa, que corría detrás de la pelota y aguantaba todos los embates rivales. 

Con ese desarrollo, las ocasiones de riesgo frente al arco nipón no tardaron en llegar. Hasta que Gonda se llevó puesto en el área al lateral David Raum y Gundogan pudo abrir el marcador, que presagiaba una goleada. El trámite así lo hacía suponer, porque Japón limitaba su papel al de partenaire, ante un equipo que abría la cancha, sumaba mediocampistas al ataque, hacía pasar laterales a funciones ofensivas e involucraba a todos sus jugadores en cada avance. 

Pasaban los minutos pero el segundo gol no llegaba, en parte por la tarea de Gonda, otro poco por la ineficacia de los alemanes y el resto por la mala fortuna. Entonces, de a poco, Japón pudo ir saliendo de asedio y encontró en los cambios, sobre todo con  Asano, el aire necesario para modificar el rumbo del partido. El futbolista del Bochum le imprimió otra velocidad a su equipo y avisó con una entrada que Neuer tapó de gran manera. 

A esa altura, el encuentro ya era otro y Japón no lo desaprovechó. Tomiyasu se escapó por la izquierda con una gran corrida y su remate fue tapado por Neuer, pero el rebote lo tomó Ritsu Doan para igualar el encuentro. Lejos de amilanarse, Japón insistió ante un equipo alemán que seguía golpeado y fue Asano el que se fue por la derecha y definió ante una floja respuesta de Neuer.

Los últimos minutos mostraron a una Alemania que se fue encima en busca del empate, pero Japón resistió y se llevó una victoria para la historia. Para los germanos es la segunda derrota consecutiva ante un equipo asiático, ya que venían de perder 2-0 ante Corea del Sur cuando quedaron eliminados en la fase de grupos de Rusia 2018.