NATALIA NATALIA 5 PUNTOS

Argentina, 2022

Dirección y guion: Juan B. Stagnaro

Fotografía: Diego Poleri

Duración: 97 minutos

Intérpretes: Sofía Gala Castiglione, Diego Velázquez, Valentina Bassi, Tony Lestingi, Demián Salomón

Estreno exclusivamente en salas.

En la jerga policial, “Natalia Natalia” es el código para aludir a los NN, los cadáveres no identificados. Regreso al cine de Juan Bautista Stagnaro luego de más de una década de ausencia, Natalia Natalia comienza con un velatorio y termina con una ejecución. Tal vez entre ambos hechos haya más puntos de contacto de lo que parece. Tras el entierro de su ex marido, un subinspector de la policía que murió en el curso de una investigación por “un faltante de sustancias”, una maestra de escuela primaria, Silvia Monteferrante (Sofía Gala Castiglione), empieza a sentir sobre sus hombros el aliento del Comisario Mayor de Asuntos Internos, que parece demasiado interesado en el asunto. Silvia sospecha que hay gato encerrado, y hace bien en hacerlo.

Más que como a la viuda de un policía, el Comisario Molinari (Tony Lestingi, con el rostro afectado por una parálisis parcial) parece tratar a Silvia como sospechosa, intentando averiguar secretos de su ex marido. Sospechosa vigilada: unos desconocidos intentan entrar a su departamento, alguien quiere robarle la cartera por la calle y Molinari pone para que la “cuide” a un subinspector a quien llaman El Griego (Diego Velázquez). Si bien es hombre al servicio de Molinari, se adivina que entre él y Natalia va a haber algo más que una relación entre vigilante y vigilada. Mientras tanto, una abogada (Valentina Bassi) asoma como la única persona de confianza para ella, ayudándola con la investigación.

Natalia Natalia es una película fallida. En varios planos. Está filmada con corrección académica: al frente de los rubros técnicos hay profesionales probados. Uno de los problemas del nuevo film de Stagnaro (Casas de fuego, La furia, El séptimo arcángel) es que se trata de un policial lánguido, carente de tensión. Es como si se confiara en que “filmar el guion”, escrito también por Stagnaro, es suficiente, cuando de lo que se trata en verdad es de ponerlo en escena. Y ponerlo en escena significa imprimirle un ritmo, una tensión, una vibración que aquí están ausentes. Los problemas son múltiples y empiezan, justamente, por el guion, que tiene apenas un par de sorpresas, cuya develación la propia película parece tratar con indiferencia. Por el contrario, desde que se ve por primera vez el rostro del Comisario Molinari, su hablar sibilino y su falsa amabilidad, clara tapadera de una condición siniestra, cualquiera adivina qué es lo que está pasando aquí. Otro tanto con la relación entre Silvia y “El Griego”.

Otro problema es el casting. Sofía Gala, ya se sabe, es de esas actrices que siempre hacen a su personaje creíble. Y Diego Velázquez es otro actor probado. Pero por más que “El Griego” se exprese de manera cortante, eventualmente agresiva, parece demasiado “bueno” para cargar con un procesamiento y prisión preventiva por homicidio. A propósito, ¿a quién mató, y en qué situación? Ése es apenas un detalle más de un film que falla desde la base.