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Perder la magia es cosa grave

Llorar por Diego

Quizá dentro de 50 años, cuando mis nietos vean los programas especiales sobre la muerte de Diego, recuerden vagamente que la gente lloraba, lloraba una alegría perdida, una magia rara, una poesía que nadie escribió con palabras porque la escribía un muchacho con una pelota.

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