La merma en la producción agrícola causada por factores climáticos generará una menor liquidación de divisas del sector agropecuario en el 2023. Dependiendo de la gravedad de la sequía, la liquidación de divisas del sector agropecuario en 2023 caerá entre 9570 y 15.842 millones de dólares. Así lo estimó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en la presentación de las perspectivas para la campaña 2022/23. 

La entidad proyectó tres escenarios en función de las lluvias: uno optimista, otro realista y un tercero pesimista. Incluso en el más optimista, la caída de la producción implicaría una pérdida de 9500 millones de dólares con respecto a la liquidación 2022. Para 2022, la entidad asegura que la liquidación alcanzará los 45.689 millones de dólares. En el caso de que se cumpla el escenario realista, la liquidación 2023 caería a 33.103 millones de dólares, significando una merma de 12.586 millones de dólares para el país. En el escenario pesimista la pérdida asciende a 15.842 millones de dólares.

El cálculo se realiza en base a la campaña gruesa de granos, cuyos principales cultivos son la soja y el maíz, sobre la base de que, a la fecha, se registra un retraso récord en la implantación de la soja por falta de humedad en los suelos. A la vez, se está retrasando la siembra del maíz para hacer coincidir el periodo de definición de rendimientos con las lluvias que se pronostican recién para febrero del 2023.

En el escenario optimista, la BCR estima un rendimiento de la soja de 28,2 quintales por hectárea, que es una productividad similar al promedio de los últimos cinco años. Por el lado del maíz, se fijó un rendimiento de 75,8 quintales por hectárea, solo un par de puntos por debajo del promedio de los últimos cinco años, pero sobre un superficie menor que la campaña pasada. El ingreso de dólares vía liquidación de la exportación alcanzaría los 36.119 millones de dólares, una caída del 20,9 por ciento respecto a lo percibido en 2022.

En el escenario realista los rendimientos bajan fuertemente. Al mirar la soja, el rendimiento cae 4 quintales y se acerca a los valores de la campaña 2012/13 con 25 quintales por hectárea. La producción caería a 40,8 millones de toneladas, 1,4 millones de toneladas menos. Con este panorama se espera menos crushing y exportaciones. Para el maíz, el rendimiento también bajaría respecto del promedio y se ubicaría en 70 quintales por hectárea. La producción sería de 47,3 millones de toneladas, casi 3 millones menos que en la campaña pasada. El ingreso de dólares vía liquidación de la exportación alcanzaría los 33.103 millones de dólares, una caída del 38 por ciento respecto a lo percibido en 2022.

Finalmente el escenario pesimista muestra una importante caída de los rendimientos en ambos cultivos. Para la soja, de 20 quintales (el promedio es 29 quintales). Para la producción se estiman 10 millones de toneladas menos que la campaña anterior. Con este panorama, sería la peor de los últimos doce años. Para el maíz, el rendimiento rondaría los 62 quintales por hectárea con una producción de 41,9 millones de toneladas. El ingreso de dólares vía liquidación de la exportación alcanzaría los 29.847 millones de dólares, una caída del 53 por ciento respecto a lo percibido en 2022.

La entidad rosarina explicó que el dato que puso en alerta a la producción fue la falta de agua en los perfiles: “Están realmente muy secos”, señaló la BCR y agregó que “el problema es hacia adelante, lo de los perfiles es correcto hay zonas que no llovió nada y podes estar negativo. Es una realidad. La estrategia va a ser esperar con los maíces tardíos y sojas de segunda. Con soja de primera si no se puede sembrar hasta el 15 o 20 de diciembre, se armará para hacer maíz “, sostuvo el equipo de la Guía Estratégica para el Agro.

En su último reporte, la entidad recordó que, por la falta de humedad, en la región agrícola núcleo se frenó la siembra de soja. Hasta ahora solo se hizo el 75 por ciento de la oleaginosa prevista. En este contexto, hay una situación “inédita” porque “un millón de hectáreas de soja de primera se pasarán a sembrar en diciembre”. A nivel país, la siembra va por el 20 por ciento de la superficie, un atraso de casi 20 puntos porcentuales versus el año pasado, de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.