El de Dean Fertita es uno de esos currículums que impresiona: el multiinstrumentista estadounidense es parte de Queens of the Stone Age y The Dead Weather, y ha tocado con Iggy Pop, The Raconteurs y Jack White. En el poster de un festival, además, aparecerían en letra más chica su banda The Waxwings (1997-2005) y su proyecto en soledad Hello=Fire (2009). Pero lo que no había hecho hasta hace poco este nativo de Michigan de 52 años era publicar un álbum firmado con su propio nombre. Tropical Gothclub (publicado por Third Man Records) vino a tachar ese casillero. 

"Medio que siempre me resistí un poco", asegura Fertita. "No sé si veo esto como un disco solista tradicional. Fue algo más circunstancial: cuando llegó la pandemia, estábamos encaminados a entrar nuevamente a estudios con Queens, entonces me había hecho un estudio casero y había grabado con Garage Band y con cualquier cosa con la que podía hacerlo, porque era una colección de demos que en ese momento pensé que podían terminar en cualquier otro lado. Después de un par de meses quedó claro que las cosas habían cambiado, así que decidí trabajar en este grupo de canciones y llegar al punto de que estuvieran casi terminadas para ver qué pasaba. Funcionó porque el timing fue el correcto y tuve el apoyo de algunos amigos que me dijeron que debía hacerlo de este modo".

Sin pandemia, entonces, Fertita no se habría planteado publicar las canciones de Tropical Gothclub, a las que realmente debería haberles dado varias vueltas de tuerca para hacer encajar en bandas como QotSA o The Dead Weather. Y no porque sean "experimentales" sino porque tienen un sonido propio, entre las guitarras fuertes y un aura psicodélica insospechada. "No sé si en algún momento me di cuenta de que tenía un disco listo, para ser honesto", dice Fertita entre risas. "Quizá me di cuenta cuando mis amigos me dijeron que era tiempo de hacerlo. La verdad, es algo muy importante para mí avanzar de modo consistente en cuanto a composición e ideas para poder contribuir más a los otros proyectos en los que estoy involucrado. Esto fue algo que disfruté hacer, lo pasé bien en el proceso, pero no pensaba que iba a tener el tiempo para dedicarle. Y todavía no creo que lo tenga, porque Queens anunció varias fechas para el verano (boreal) en Europa. Estamos cerca de volver a la acción, así que veré cómo me las arreglo, pero se siente bien poder avanzar, como en todo en mi vida".

-¿Entonces nunca vas a tocar en vivo estas canciones?

-Me gustaría. Tengo algunas ideas, no sería de un modo tradicional de salir y hacer shows... Recuerdo haber hablado... El Clockwork Tour terminó en Sudamérica, creo que el último show fue en Colombia, y la noche anterior Troy (Van Leeuwen, guitarrista de QotSA) y yo hablábamos de qué íbamos a hacer en el receso. Y entre las ideas que aparecían estaba las de desarrollar algunas ideas que teníamos, y quizá publicarlas y salir de gira juntos. Obviamente, eso no sucedió, pero tal vez ahora una versión de eso podría hacerse. Quizá no sea algo para hacer en un plazo muy largo: yo no puedo publicar un disco y salir de gira durante un año porque tengo otras cosas en camino. Pero podríamos hacer algunos eventos en algún lado... No sé, tengo que ver cómo hacerlo.

-Y después de diez años, ¿cómo fue la experiencia de ser el que toma las decisiones?

-Fue muy agradable. Como no tenía ninguna expectativa de que estas canciones terminaran en un disco y salieran al mundo, eran el modo de mantenerme ocupado durante un tiempo de incertidumbre para todos. Eso me dio una estructura y algo qué hacer. Lo que pensaba era que alguna de estas canciones quizá podía terminar en un disco de Queens o de Dead Weather. En mi mente, voy poniéndolas en diferentes pilas: esto puede ir acá, esto allá. Pero tuve más tiempo del que esperaba...

-Pero si las ponías en diferentes pilas, ¿por qué creíste que podían formar un todo cohesivo?

-Bueno, una de las razones es que toqué casi todo yo. Llamé a un par de bateristas amigos para que tocaran, pero sólo les mostraba unos riffs y un par de cambios, los tocábamos durante diez o quince minutos y después yo hacía una versión de tres minutos para empezar a construir una canción a partir de eso. Y eso fue una de las partes divertidas de trabajar con Dave, porque es excelente en eso de encontrar los buenos momentos.

-En varias de las canciones del disco hay elementos psicodélicos, que es algo presente en tu música pero no tanto en las bandas con las que tocás. ¿De dónde viene ese interés por la psicodelia?

-Ciertamente esa clase de música me interesa y me encontré a mí mismo bastante nostálgico durante todo este proceso, pensando en cosas que me gustaban cuando era chico. Crecí en los '70 y mucho del rock and roll de esa década tenía esos pósters psicodélicos o esos espejos infinitos, entonces volví a zambullirme en esa sensación de lo que me excitaba de escuchar música cuando era niño. Pero, honestamente, creo que lo que más me influyó musicalmente es que estaba escuchando rock psicodélico nigeriano. Adoro esa manera de tocar la guitarra y estaba muy metido con eso, así que definitivamente hay un elemento de eso.

-¿Qué es lo peor de ser parte de una banda sin ser el líder?

-Lo peor es tener que esperar (risas). Obviamente, me siento muy afortunado de tocar con la gente con la que toco, los llamo amigos más que otra cosa: me voy de vacaciones con gente con la que toco, tenemos una relación más allá de hacer música juntos. Pero a mí me gusta estar en movimiento constante... Y ellos también, pero van haciendo diferentes cosas. Todo el mundo tiene millones de cosas dando vueltas. Entonces, esperar a esos momentos en los que podemos volver a hacer algo juntos es lo más difícil.

-¿Y lo mejor?

-El hecho de que mi relación sea más profunda que por la música.

-¿Y qué aprendiste de líderes como Jack White, Josh Homme o Iggy Pop?

-Qué no aprendí... Salís de gira con Iggy Pop y cada día es el mejor que existe. Verlo y escucharlo... Cada día sale con algo muy profundo medio que de la nada. Creo que algo que estas personas comparten es la dedicación y el impulso para empujar y empujar.

-¿Cómo te involucraste con Post Pop Depression, el disco de Iggy Pop?

-Josh me invitó y no lo dejé terminar la frase, ya estaba saliendo para ahí. Soy un tipo de Michigan (tierra natal del cantante), crecí ahí, y creo que hay muchas personas que se merecen más que yo haber hecho un disco así, pero sinceramente creo que fue la mejor experiencia que alguna vez vaya a tener. Y en vivo pasaba algo fantástico cada noche... Me siento muy agradecido de haber estado en ese lugar que me tocaba. Ayer hablaba sobre el show del Royal Albert Hall con un amigo porque no tengo el DVD, y necesito comprarlo para que dentro de veinte años mis hijos puedan verlo y pueda demostrarles que sucedió de verdad.

-Hace más de 25 años que tocás en bandas. ¿Cómo imaginás los próximos 25?

-Antes de que se cerrara todo, creo que nunca había pasado más de seis meses seguidos en casa durante 25 años. Estaba en el ciclo de trabajar constantemente. Y creo que el desafío para los próximos 25 es hacerlo con elegancia. Creo que esa es otra de las cosas buenas de la gente con la que toco: todos están muy conscientes de las razones por las que hacemos las cosas. Y si tengo la fortuna de seguir haciendo esto de algún modo durante otros 25 años, sé que no va a ser por las razones equivocadas. No doy nada por descontado, siempre pienso que puede ser la última vez en que hago algo, pero también tengo mucha fe en la gente que tengo alrededor y sé que tenemos más para hacer.

-¿Cuáles son esas razones correctas?

-El dinero no lo es. Definitivamente, cada vez que hacés algo por dinero, el arte es el que sufre. Es simplemente la expresión... La razón correcta es encontrar algo nuevo sobre vos mismo y compartirlo.