La policía alemana desarticuló este martes una presunta organización terrorista de carácter ultraderechista que planeaba la toma del parlamento y un posterior golpe de Estado, según informaron hoy, el Ministerio del Interior y la fiscalía general del Estado.

Un total de veinticinco ultraderechistas fueron detenidos en una macro operación que se ha extendido por Alemania, Austria e Italia, de los cuales veintidós son sospechosos de haberse integrado en la citada organización, vinculada ideológicamente a los "Ciudadanos del Reich", un movimiento que rechaza la legitimidad de la República Federal Alemana en base a teorías conspirativas. Además de los arrestos, otras veintisiete personas están investigadas por sospechas de pertenencia a esta célula criminal, indicó la fiscalía.

Según el estado actual de las investigaciones, la organización estaba constituida por una especie de consejo ejecutivo y un brazo armado, informó Peter Frank, el fiscal general del Estado, a primera hora de la tarde en una comparecencia en la ciudad de Karlsruhe, al sur del país. “Su objetivo era destruir el orden democrático constitucional en Alemania a través de la violencia y de medios militares", señaló.

El consejo tenía previsto asumir las funciones del Gobierno tras el golpe de Estado y de él formaba parte, entre otros, una exdiputada del partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) que se iba a convertir en ministra de Justicia.

“Los miembros del grupo están unidos por un profundo rechazo de las instituciones del Estado y del orden fundamental liberal y democrático de la República Federal de Alemania, que ha hecho crecer en ellos, la decisión de participar en su eliminación por la violencia y lanzarse a actos preparatorios concretos a este efecto", aseguraron los fiscales.

En el brazo armado participaban por lo menos tres individuos que en el pasado habían sido integrantes de las fuerzas armadas alemanas Bundeswehr, uno de ellos miembro del Comando de Operaciones Especiales o KSK que ya en el pasado se había destacado por animar la orientación ultraderechista de numerosos efectivos.

Frank agregó que parte de los detenidos ya pasaron a disposición judicial y que en varios casos, entre ellos el del presunto líder de la organización al que identificó como Heinrich K. R., se decretó la prisión provisional.

Según los medios alemanes, el citado cabecilla es el aristócrata Enrique XIII, príncipe de Reuss, un empresario activo en el sector inmobiliario y conocido por difundir teorías conspirativas y de carácter antisemita, detenido esta madrugada en su vivienda en la ciudad de Frankfurt.

Según el semanario alemán Der Spiegel  la agrupación, que comenzó a operar hace un año, era un conjunto variado en el que participaban entre otros un chef, un piloto, un maestro techador, un tenor y una doctora, y que se hacía asesorar por dos videntes.

La fiscalía señaló además en un comunicado que los detenidos, todos ellos de nacionalidad alemana salvo una ciudadana rusa, habían tratado de establecer contactos con representaciones diplomáticas rusas en Alemania, aunque la embajada rusa en Berlín desmintió cualquier vínculo con la organización.

El odio a la democracia y al Estado

La ministra del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, saludó este martes el éxito de la megaoperación, en la que tres mil agentes de policía participaron en 150 operaciones de registro en once estados federados. “Las investigaciones permiten una mirada al abismo de una amenaza terrorista de parte de los Ciudadanos del Reich, a los que les unen el odio a la democracia, a nuestro Estado y a las personas que defienden nuestra comunidad", remarcó Faeser.

No obstante, recalcó que será preciso esperar a que avancen las pesquisas para poder determinar hasta qué punto las "violentas fantasías de derrocamiento" de los detenidos se habían concretado en planes concretos para la toma de poder.

El ministro de Justicia, el liberal Marco Buschmann, informó por su parte que los detenidos estaban dispuestos a que hubiera muertos para hacerse con el poder y que planeaban un asalto armado a la sede de la Cámara baja del Parlamento. Señaló, además, que en este caso no se trata de "historias confusas" de quienes quieren "hacerse los importantes luego de haber consumido alcohol”, sino que existen sospechas muy sólidas de que el grupo se disponía a emprender la acción con violencia.

Por su parte, la ultraderechista AfD criticó por desproporcionada la megaoperación policial y acusó a las autoridades de desviar la atención de los problemas reales y de no invertir los mismos recursos para vigilar los centros de acogida de refugiados.