La nueva estructura de los seleccionados argentinos está comenzando a dar sus primeros pasos, con el santafesino Jorge Sampaoli a la cabeza. Uno de los lugares donde se cuestionó mucho el trabajo en los últimos años fue en la conducción de los conjuntos juveniles. Por ese motivo, la dirigencia también está renovando ese aspecto con la llegada de técnicos jóvenes como Pablo Aimar y Diego Placente. Pero el que espera una respuesta de parte de la AFA es Julio Olarticoechea, el hombre que tuvo que hacerse cargo de urgencia del equipo Sub-23 que participó en los Juegos Olímpicos de 2016, luego de la renuncia de Gerardo Martino.

El ex lateral campeón del mundo en México '86 pretende trabajar con los chicos del interior del país, para que luego tengan la posibilidad de abastecer a los distintos equipos nacionales. El "Vasco", como se lo conoce en el mundo del fútbol, dialogó con Líbero y dio su visión sobre la situación actual de todo lo que rodea a la AFA.

–¿Qué te quedó de tu experiencia en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro?

–La verdad que lo malo fue sólo el resultado. Pero fue una experiencia muy buena, porque con poco tiempo de trabajo, el equipo tuvo momentos muy buenos. Principalmente, el primer tiempo del último partido, ante Honduras, que luego con el empate no pudimos clasificar. Pudimos haber hecho varios goles pero la pelota no entró, y ya sabemos qué ocurre cuando sucede eso.

–Y personalmente, ¿qué evaluación hacés?

–De lo mejor que me tocó vivir. Yo no dirigí mucho en general, porque no quería, y encima me gusta trabajar con juveniles. Acá tuve la oportunidad de conducir profesionales y es un desafío grande. Pero creo que estuve a la altura, sobre todo en el manejo del grupo. Este era un equipo muy unido, de hecho, terminamos todos llorando el día de la eliminación, y eso te da la muestra de que los chicos sintieron mucho ese dolor, y que estaban unidos.

–En el tiempo que estuviste en la AFA, ¿cómo viste el trabajo en los seleccionados juveniles?

–A nosotros lo que nos faltó fue competencia, viajar más, por ejemplo como lo hace México con sus jóvenes, que salen a jugar por todos lados. Si bien eso genera gastos, a la larga los chicos toman más confianza y experiencia. Todo eso se notó en la última parte, no al principio cuando estaba el 'Checho' (Sergio Batista), que era el coordinador. Después todo se empezó a complicar por los problemas económicos. Es una lástima porque a los chicos les sirve y a los técnicos también.

–¿Te sorprendió el flojo rendimiento del seleccionado Sub-20 en el último Mundial?

–Me parece que tendría que haber clasificado a la siguiente ronda. Vi los partidos y tuvieron varias posibilidades de convertir goles. Quizá faltó más generación de juego, son buenos jugadores pero no hay ninguno que sea distinto. Creo que la última camada de jugadores importantes fue la de Messi y Agüero, y antes la de Riquelme y Aimar, y desgraciadamente hoy no hay de esa calidad. 

–¿Tenés ganas de volver a trabajar con los juveniles?

–Claro. Yo presenté un proyecto y gustó, ahora queda en la nueva dirigencia si se hace o no.

–¿En qué consiste ese proyecto?

–En armar selecciones en el interior, y dar posibilidades a los clubes de cada provincia para que esos chicos puedan tener una formación paralela a nivel Selección. 

–¿Esos jóvenes podrían formar parte de los seleccionados menores?

–Se puede dar. Hay muchos chicos que vienen del interior y como extrañan mucho a su familia se vuelven a su provincia, y algunos juegan muy bien. 

–A vos te tocó estar en una etapa difícil en lo dirigencial, ¿cómo ves las cosas ahora con la nueva directiva en AFA?

–Creo que de a poco va a ir mejorando todo. Se sabe los problemas grandes que tuvo y tiene la AFA, y esto no va a suceder de un día para el otro. Yo le tengo fe a (Claudio) Tapia y va a estar a la altura. Me tocó compartir con él la gira previa a los Juegos y luego la estadía en Brasil, y demostró profesionalismo y coherencia. 

–¿Creés que con los jóvenes se pueden realizar proyectos sin obtener resultados?

–Si vos te conformás sólo con ganar una Copa no sirve. Acá hay que formar al chico de la mejor manera en todo sentido. En la parte social y humana también. A mí me gusta hablar mucho con ellos, y no de táctica y estrategia, sino de la vida, y plantearles qué se van a encontrar más adelante.

–De la época que ustedes salieron campeones del mundo, ¿el fútbol evolucionó algo?

–Cambió totalmente, se juega mucho más rápido. Y encima se emparejó: ahora un equipo de tercera categoría le gana a una potencia, y antes eso no pasaba. Un equipo con una buena base física y táctica, hoy le puede dar batalla a cualquiera.