El presidente estadounidense Joe Biden abogó este miércoles por forjar una gran alianza con África, cuyo éxito es clave para el mundo, frente a dirigentes de 49 países africanos reunidos en una cumbre en Washington. "Quiero enfatizar la importancia de los éxitos y oportunidades compartidas porque, cuando África tiene éxito, Estados Unidos tiene éxito y todo el mundo tiene éxito", dijo Biden, el anfitrión de una reunión con la que pretende contrarrestar la influencia china y rusa en el continente africano.

"Estados Unidos está implicado por completo en el futuro de África", afirmó el presidente demócrata, quien defendió "asociaciones no para crear obligaciones políticas ni para fomentar la dependencia, sino para estimular el éxito y las oportunidades compartidos", en un discurso en el que detalló una serie de inversiones de su país en África.

El gobierno de Biden prevé desembolsar 55 mil millones de dólares en África durante los próximos tres años en distintos sectores, como el digital, las infraestructuras, la salud o la lucha contra el cambio climático. También destacó los compromisos adquiridos por empresas, como una inversión de mil millones de dólares por parte del líder en tarjetas de crédito Visa.

Biden exigió además un mayor papel de África en la escena internacional, con un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, y la representación formal de la Unión Africana en el G20. El presidente demócrata busca usar la cumbre para relanzar la relación de Estados Unidos con África tras los años de inacción de su antecesor, Donald Trump, quien en 2018 llegó a llamar "agujeros de mierda" a Haití, El Salvador y varios países africanos.

Ataques a China y Rusia

En un panel con varios presidentes africanos al inicio de la reunión de tres días, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, señaló que "China está ampliando su huella" en África diariamente a través de su creciente influencia económica. 

"Lo preocupante es que no siempre son transparentes en términos de lo que están haciendo y eso crea problemas que eventualmente serán desestabilizadores, si es que no lo son ya", destacó Austin. En cuanto a Rusia, el funcionario destacó que "continúa enviando armas baratas" y desplegando "mercenarios en todo el continente". 

Desde Beijing el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, dijo a periodistas que Washington "debería respetar la voluntad del pueblo africano y tomar medidas concretas para ayudar al desarrollo de África, en lugar de concentrar sus esfuerzos en difamar a otros países". China es el acreedor más grande del mundo para los países pobres y en desarrollo e invierte fuertemente en el continente africano. 

Inversiones para Benín y Níger

Antony Blinken participó en el acto de presentación de una inversión de 504 millones de dólares del gobierno estadounidense para mejorar la conectividad entre el puerto de Cotonú, en Benín, con Níger, país vecino. Los fondos procederán de Millennium Challenge Corporation, una agencia independiente del gobierno estadounidense que busca reducir la pobreza en el mundo.

"Benín y Níger son dos de las economías de más rápido crecimiento en la África subsahariana. Su relación ayudará al crecimiento económico, fortalecerá la infraestructura comercial y de transporte y conectará a sus naciones y su gente", explicó Blinken. En el acto el presidente de Benín, Patrice Talon, agradeció el gesto del gobierno estadounidense, pero le pidió que ayude a impulsar las inversiones privadas.

Por su parte el presidente de Níger, Mohamed Bazoum, agradeció la inversión de Estados Unidos y prometió reformas institucionales en su país para aumentar los flujos comerciales. "Consideramos que Estados Unidos es un socio que presta atención a nuestras necesidades y nos ayuda a satisfacer nuestros intereses", remarcó Bazoum.

La última cumbre entre Estados Unidos y los países de la Unión Africana fue en 2014, bajo el gobierno del presidente Barack Obama, el primer afroamericano que llegó a la Casa Blanca y despertó grandes esperanzas en el continente. Sin embargo, Obama terminó recortando la ayuda a África, especialmente en la lucha contra el sida.