La muerte de la metáfora pervive en la publicidad. Ford Fiesta ha innovado con materiales creativos e incita a que, valga la reiteración tautológica, ¡vayamos de fiesta con Ford Fiesta! ¿Pero a cuál de todas? 
El cuerpo estandarizado pasa de unos brazos a otros, de noche en noche, mientras que entre bolas de pool y barbudo barman, dos bocas de mujer se acercan y siguen la joda. El Ford Fiesta es ganador. Levanta chicas. Incluso las chicas levantan chicas pero que rápidamente se van a otro bar esta vez, ¡oh qué casualidad! con un varón. ¡No sea que estacionen sus piernas por demasiado tiempo entre lesbianas!
En línea con la literalidad de la propuesta, el comercial se llama “Cita”. Una cita tras otra con partuzera incluida. El nuevo slogan de Ford Fiesta Kinetic Design Attraction advierte “Ya vas a encontrar con quién compartir tu vida. Ahora disfrutá la búsqueda”. Porque, desde ya, el deseo entre chicas parece ser siempre cuestión de una etapa o incesante búsqueda.
 “Cita” podría ser la publicidad de Channel o Dior; la imagen del nuevo modelo de Ford Fiesta se evapora en la pantalla. No hay datos de potencia ni velocidad máxima, y el automóvil casi no se muestra: lo que importa es el fashion de una cantidad de personas muy andróginas, flacas y de juventud en alza dispuestas para alguna eventualidad sexual sin desborde. 
El admirado Henry Ford se reencarna con nuevas estrategias comerciales y su herencia pone a prueba al pinkwashing como bastión fundamental para el crecimiento del mercado global: algunas identidades sexuales se convierten en partes del engranaje que motorizan el consumo históricamente exclusivo para hombres. 
Sin embargo, a un auto chico le corresponde una etapa menor en la vida, ya llegará el verdadero momento de sentar cabeza con un gran Escort que maneje el buen marido. Mientras el fordismo reparte imágenes al por mayor, ahora las bisexuales son su fiesta.