La Corte de Justicia de Catamarca decidió que la ministra Fernanda Rosales Andreotti sea la nueva presidenta del cuerpo, reemplazando a Miguel Figueroa Vicario en el cargo. Con la nueva designación, la ministra de 47 años se convierte en la presidenta mujer más joven que tuvo la Corte. Rosales Andreotti asumió el año pasado y su impronta es feminista.

La joven presidenta será acompañada por el resto de los magistrados; Figueroa Vicario, Fabiana Gómez, Ricardo Cáceres, Rita Saldaño, Hernán Martel y Luis Cippitelli. La oportunidad de que otra mujer y además tan joven sea la nueva presidenta de la Corte fue celebrada por sus pares y varias funcionarias en las redes sociales.

Rosales Andreotti, asumió el 30 de julio de 2021 como ministra de la Corte catamarqueña. Fue en reemplazo del espacio que quedara libre tras la jubilación de Amelia Sesto de Leiva a sus 77 años, quien ocupaba el cargo desde 1991.

Luego de convertirse en ministra, en entrevista exclusiva con Catamarca/12 ofreció su visión de la administración de justicia en Catamarca y también en el país y habló de la necesidad de aplicar la perspectivas de derechos, teniendo en cuenta no sólo la perspectiva de género, sino además que esta debe complementarse con la perspectiva de vulnerabilidad, “tenemos que ver todos los grupos vulnerables; niños, migrantes, pueblos originarios. Hay muchas cuestiones que logran que los derechos lleguen de manera desigual”, dijo en aquel momento.

La flamante presidenta de la Corte, quien ya había comenzado a militar el feminismo desde su cargo como presidenta del Colegio de Abogadas y Abogados de la provincia, se manifestó en reiteradas oportunidades como “orgullosamente feminista”. En sus fallos y decisiones dentro del órgano máximo del Poder Judicial en Catamarca, la impronta se evidenció en cada una de sus argumentaciones.

Rosales Andreotti había admitido su deseo de que el Poder que representa tuviera una verdadera reforma en pos de los derechos de los ciudadanos. 

Así, admitió una deficiencia en la comunicación hacia la gente y aseguró que “tiene que ser más abierto a las relaciones con otras intuiciones y con los otros poderes del Estado. Debe aprender a receptar las críticas constructivas que se hagan desde los distintos colectivos. Me parece muy importante escuchar a la sociedad para poder modificar lo que realmente hace falta. Generar un verdadero acceso a la justicia que tiene que ver con hacerlo más cercano. Por otra parte también hacer conocer cómo acceder, cuáles son los derechos que tienen, generar más dispositivos que ayuden a que la gente se acerque y verdaderamente sienta que va a lograr una satisfacción a su conflicto, porque la persona que llega al poder judicial está pasando por un problema y nuestra obligación es darle una solución a ese conflicto y no eternizar con procedimientos formales eternos”, dijo entonces.