Chile estaba a punto de abandonar el puñado de países que prohíbe el aborto. El Congreso revisaba en su último trámite el proyecto más emblemático de la presidenta Michelle Bachelet para despenalizar el aborto terapéutico y en caso de violación. El proyecto había sido aprobado en el Senado ayer por la madrugada después de una extensa sesión de 15 horas durante el martes, y envió de inmediato el proyecto a Diputados, cámara de origen, en la que ya se había aprobado inicialmente. Diputados decidió trasladar la sesión de ayer a la tarde para hoy, cuando se votará en forma definitiva.

Después de dos años de tramitación en el Congreso y un tenso debate, el Senado aprobó la madrugada de ayer despenalizar el aborto en caso de riesgo de vida para la madre, inviabilidad del feto y violación, en medio de aplausos mujeres que impulsan la iniciativa, en una maratónica sesión de casi 17 horas.

La sesión se llevó adelante mientras en el exterior feministas se enfrentaban con grupos ultracatólicos. “Mi cuerpo, mi decisión, yo apoyo las tres causales”, decía un cartel de activistas que fueron desalojadas por la policía del Congreso tras enfrentarse con grupos religiosos, que sostenían en sus manos pancartas con la leyenda: “Vuélvete a Cristo”.

“Vamos a recurrir al Tribunal Constitucional por las tres causales. Lo que está aprobando el Congreso es relativizar el derecho a la vida, es decir, qué tipo de seres humanos tienen derecho a vivir”, sostuvo la senadora ultraderechista Jacqueline van Rysselberghe. Pero el gobierno anunció que defenderá la iniciativa.

Inmediatamente después de la votación en Senado, el emblemático proyecto volvió a la Cámara de Diputados –donde ya había sido aprobado en enero de 2016– para su última revisión antes de ser despachado totalmente. Pero después de tres horas de debate, Diputados decidió continuar la sesión hoy, cuando se espera que finalmente tenga lugar la votación del proyecto en su último y tercer trámite legislativo.

“Es una mañana histórica”, celebró tras la aprobación en el Senado la presidenta Michelle Bachelet, quien durante su anterior mandato (2006-2010) impulsó la entrega de la píldora del día después y ahora volvió a desafiar a los grupos conservadores con una ley de aborto terapéutico, en sintonía con el 70 por ciento de la población que aprueba la iniciativa en las tres causales mencionadas.

“Más allá que cada cual puede tener una opinión personal, lo que permite (este proyecto) es que seamos un país donde las mujeres, frente a tales situaciones, puedan tomar la mejor decisión posible”, agregó Bachelet.

Solo un puñado de países en el mundo (entre ellos Nicaragua, El Salvador y República Dominicana) prohíben el aborto en todas sus formas. Hasta 1989 y por más de 50 años, el aborto estuvo permitido en Chile en casos de peligro para la madre o inviabilidad del feto, pero poco antes de dejar el poder, el ex dictador Augusto Pinochet (1973-1990) lo prohibió en todas sus formas. En Chile se registran unos 30.000 abortos provocados o espontáneos, pero se baraja que las interrupciones clandestinas podrían llegar a 160.000 cada año.