La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, denunció este martes un plan para atentar contra su vida con un artefacto explosivo que fue desactivado por su equipo de seguridad. En concreto, las autoridades encontraron siete kilos de explosivos en una ruta que conduce a su residencia familiar en Suárez, en el departamento del Cauca.

Se trata de un nuevo intento de atentado contra Márquez, quien desde sus tiempos como activista ambiental ha denunciado amenazas en su contra. Sin embargo, la vicepresidenta tiene pensado seguir con su vida habitual en el sudeste del país. Márquez forma parte del primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia, que busca desactivar el conflicto armado de seis décadas negociando con un conglomerado de grupos armados que se lucran del narcotráfico y otras rentas ilegales. 

"Nuevo intento de atentado"

"Se trató de un nuevo intento de atentar contra mi vida", aseguró Márquez, quien en 2019 fue objeto de un ataque con granadas y ráfagas de fusil por su labor como activista ambiental en el departamento de Cauca, donde aún reside y fue plantado el artefacto explosivo desactivado este martes por la mañana. "Se trata de una bolsa plástica cuyo interior contiene sustancia explosiva de alto poder a base de nitrato de amonio más aluminio en polvo y puntillas", detalla un informe divulgado por Márquez en su cuenta de Twitter.

El equipo de seguridad de la vicepresidenta descubrió el artefacto con más de siete kilos de material explosivo luego de ser alertado sobre "personas sospechosas" y "elementos extraños" en la vía que conduce a la vereda de Yolombó, en el municipio de Suárez. Márquez agregó que el artefacto hallado "fue destruido de manera controlada por personal antiexplosivos de la Sijin (Dirección de Investigación Criminal e Interpol de la Policía)".

"Por las características y ubicación del artefacto, personal de inteligencia y seguridad concluyó que se trata de un evidente atentado en contra de la señora vicepresidenta", se desprende del documento compartido por Márquez. "Sin embargo no dejaremos de trabajar, día tras día, hasta alcanzar la paz total que Colombia sueña y necesita. No desistiremos hasta que en cada territorio sea posible vivir en verdadera armonía", indicó la vicepresidenta.

La senadora del Pacto Histórico, María José Pizarro, expresó su preocupación por el atentado. "¡Alarmante! Los hechos no solo ponen en riesgo la seguridad y la vida de nuestra vicepresidenta y su familia, también son un atentado contra la democracia. ¡Francia Márquez, fuerza y solidaridad, no estás sola!", escribió Pizarro en su cuenta de Twitter. En la misma sintonía la congresista de Comunes, Sandra Ramírez, expresó que "quienes pretenden seguir atizando la guerra no pasarán".

Región convulsa

Las autoridades colombianas no han señalado aún a los presuntos responsables del intento de atentado contra Márquez. Rebeldes exFARC disidentes del pacto de paz y guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) se disputan las rentas del narcotráfico en Cauca, donde abundan los sembradíos de hoja de coca, el principal ingrediente de la cocaína.

Los disidentes forman parte del cese al fuego bilateral de seis meses proclamado por Petro en la víspera de año nuevo. El anuncio de tregua incluyó en un primer momento al ELN, pero los rebeldes desmintieron al gobierno la semana pasada, alegando que el cese al fuego no formó parte de la primera ronda de negociaciones de paz que sostienen con delegados del Ejecutivo. En respuesta, el gobierno de Petro ordenó retomar la persecución contra los 3.500 guerrilleros de organización.

En la mira

Márquez es la primera lideresa social y afrodescendiente en llegar a la vicepresidencia en un país en el que defender los derechos de una comunidad puede costar la vida. La ahora vicepresidenta y entonces activista tuvo que huir de Suárez en 2014 después de recibir una llamada en la que la amenazaron con que era hora de "ajustar cuentas" por su activismo contra la minería ilegal en su territorio natal.

Pero los atentados y las presiones no terminaron cuando dejó Suárez y, por el contrario, aumentaron cuando entró en la carrera política. Petro y Márquez tuvieron que adelantar su campaña en medio de fuertes medidas de seguridad, en un país lastrado por los asesinatos políticos. Cinco presidenciables fueron asesinados durante el siglo XX.

A fines de mayo del año pasado, en vísperas de la primera vuelta presidencial, la entonces candidata fue señalada con un láser durante un acto público de campaña y su equipo de seguridad saltó a la tarima para rodearla con escudos blindados. Un joven de 18 años se entregó a las autoridades y explicó que le apuntó a Márquez con un láser que compró en Internet.

En agosto, pocos días después de que Petro asumiera el poder, un vehículo de la comitiva presidencial fue objeto de un ataque con disparos mientras se desplazaba por una ruta en el nordeste del país. Un miembro de la comitiva fue retenido y liberado horas después por un grupo armado que no fue identificado.

La vicepresidenta también fue objeto de una cascada de insultos racistas desde que asumió el cargo. En septiembre del año pasado la fiscalía abrió una investigación a una mujer que llamó a Márquez "simio" durante una manifestación de opositores.

Nacida en una familia pobre, Márquez fue madre soltera a los 16 años, huyó de su tierra amenazada de muerte, limpió casas para sobrevivir y estudió derecho antes de abrirse paso en la política.