El Gobierno talibán de Afganistán prohibió este sábado a las mujeres presentarse a los exámenes de ingreso a la universidad, en una medida que amplía el veto a la educación superior femenina dictado un mes atrás por las autoridades.

El Ministerio talibán para la Educación Superior emitió un comunicado en el cual ordena a las universidades públicas y privadas del país que impidan a las estudiantes realizar las pruebas de acceso universitario, que tendrá lugar a finales de febrero, según informó la cadena de noticias Tolo News.

"Merece la pena mencionar que no se permite matricular a estudiantes mujeres hasta nueva orden", indicó la cartera educativa interina de los talibanes. Cualquier "desviación" respecto al veto talibán a la educación superior femenina "será tratada conforme a la legalidad", indicaron los fundamentalistas, que gobiernan el país según su estricta interpretación de la ley islámica o sharia y administran regularmente castigos corporales o incluso ejecuciones en público, según el comunicado al que tuvo acceso EFE.

Una larga lista de atropellos a los derechos de las mujeres

Esta nueva imposición ocurre un mes después de que Kabul vetara el acceso de las alumnas a las universidades por "violar las leyes del Islam" y ordenara a las ONG locales e internacionales suspender la contratación y el trabajo del personal femenino.

Las medidas se suman a una serie de restricciones contra la libertad femenina impuestas por los talibanes desde su llegada al poder en agosto de 2021, a pesar de sus promesas iniciales de respetar los derechos de las mujeres y no volver a la brutal represión del primer régimen (1996-2001), cuando las mujeres quedaron relegadas a las tareas domésticas, sin posibilidad de salir de casa.

Durante ese gobierno, las 19 millones de afganas se vieron excluidas del empleo -salvo algunos trabajos específicos como sanitarios o de enseñanza- y privadas de la educación secundaria y la práctica deportiva, además de estar obligadas a usar el velo integral, no poder viajar solas y estar segregadas en los espacios públicos.

La normativa sobre el veto a las mujeres para que no trabajasen en las organizaciones no gubernamentales recibió la condena de la comunidad internacional, que llevó a varias de ONG a suspender sus programas en Afganistán. Por su parte, la ONU advirtió que de no producirse cambios en la decisión, se verían obligados a detener muchas actividades en el país.

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