Según ella misma dijo, "no será recordada por una obra determinada, sino por toda su actitud, por sus espectáculos de arte, por la incorporación del show y la alegría en un terreno excesivamente sacralizado intelectualmente”.

Del vértigo creativo y artístico a lo largo de las décadas, aquí se rescata su primer happening con citas tomadas del libro Marta Minujín, happenings y performances, (Ministerio de Cultura porteño, 2015), que remiten centralmente a la acción artística La destrucción, realizada en la impasse Ronsin de París en la que la artista destruyó sus propias obras y en la que también participaron, entre otros, Christo, Erik Beynom y Lourdes Castro.

"Promediando 1963, y ya encontrándome en el término de la beca que me había permitido viajar a Francia, decidí destruir todas mis obras de esos tres últimos años, pero quise hacerlo de una manera creativa; apuntalando un punto de vista particular que tenía en aquel entonces acerca de la muerte y del arte. Había pasado 8 años en escuelas de Bellas Artes y tenía un conocimiento bastante intenso del dibujo-pintura-escultura-grabado y, al mismo tiempo, en mis obras me había inventado mi propia técnica que era en sí misma una contradicción con todo aquello que había aprendido y creído años anteriores, las herramientas tradicionales.

Sentía y afirmaba que el arte era algo mucho más importante para el ser humano que esa eternidad a la que sólo los cultos accedían, enmarcada en museos y galerías; para mí era una forma de intensificar la vida, de impactar al contemplador, sacudiéndole, sacándole de su inercia. ¿Para qué entonces iba a guardar mi obra? ¿Para que fuera a morir en los cementerios culturales? La eternidad no me interesaba, quería vivir y hacer vivir".

"Habitaba en un atelier de la Rue Delambre, era un estudio inmenso sin agua y sin calefacción, lo había alquilado sin importarme sus incomodidades, me interesaba el inmenso espacio al que podía llenar con las grandes construcciones que en ese momento hacía. En un momento, decidí usar ese espacio como galería e invité a dos artistas a exponer conmigo, a la portuguesa Lourdes Castro y al venezolano Alejandro Otero. Hicimos un catálogo y ahí yo adelanté que, al final de la exhibición, destruiría todas mis obras y es así que comencé a planear mi primer happening cuidadosamente.”

"Un mes antes comencé a trabajar en él. Primero en conseguir el lugar donde hacerlo. Niki de Saint Phalle, Tynguelly y Larry Rivers me dejaron usar un terreno baldío lindando con sus talleres. Luego me dediqué a organizar la exposición, el resto del happening lo prepararía durante la muestra que se abrió al público por 20 días. Fue interesante la experiencia de exponer en el atelier. Como el estudio era blanco, colgamos los trabajos en las paredes a la manera tradicional aunque nuestras obras se alejaban bastante de ello. Lourdes Castro realizaba unos objetos collages, cajas llenas de cosas, bien anecdóticas, las cuales recubría con spray plateado. Alejandro Otero trabajaba con trozos de puertas o persianas a las que les pegaba cartas escritas por diferentes personas. Yo presentaba la mitad de mis trabajos, el resto esperaba para ser aniquilado, eran colchones atados de formas diferentes, combinados con almohadas chorreadas de pintura.”

"Aproveché ese tiempo para invitar a artistas a destruir mis trabajos, deberían comparecer en el terreno baldío Impasse Ronsin a las 18 horas del jueves 6 de junio, trayendo los elementos de trabajo que más los expresasen, deberían crear sobre mis trabajos (como destrucción simbólica), debían implantar sus imágenes sobre las mías, tapar, borrar, modificar mis obras.”

“Y llegó el gran día, cité a todo el mundo en el Impasse. Ya en galerías y museos había puesto anuncios del happening y gran cantidad de gente se mostró interesada y vino a la destrucción. Seguidamente tomé una garrafa con nafta y unas antorchas y rocié las obras mientras el verdugo proseguía a los hachazos y mis amigos se alejaban, acto seguido solté los 500 pájaros al aire y largué los 100 conejos entre la audiencia y con la antorcha encendida prendí fuego las obras, una a una. Era fantástico ver la imagen de los pájaros que se volaban, los conejos corriendo entre la gente, los colchones que despedían ese olor a pluma quemada y a pintura chamuscada, fue una sucesión de imágenes orgiásticas incontrovertibles. Las sirenas de los bomberos nos alejaron rápidamente del lugar y fue así que en medio de la excitación más total finalicé mi primer happening.” (Notas del archivo personal de Marta Minujín, 06/06/1968)

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De 1972 se rescata el texto escrito por Minujín para la muestra Interpenning, en Nueva York. (La última cita se imprimió en panfletos que fueron distribuidos):

Interpenning fue creado para construir una obra de arte a partir de situaciones sociales que ya fueron hechas en presentaciones artísticas, como esta inauguración de arte, o situaciones de espera como aeropuertos o estaciones ferroviarias o intervalos teatrales. Utiliza a la gente que interactúa en las situaciones recién expuestas y a unos performers o guías que los conducen a través de pasillos invisibles diseñados mediante dibujos diagramados en el piso. Al actuar espontáneamente con audiencias improvisadas, se busca crear a partir de una situación no directa, una directa y concentrada."

"Interpenning es una secuencia de movimientos, voces y acciones creadas en un espacio y tiempo delimitado. Diez personas en verde, seguidas por focos de luces verdes y azules controlados por diez personas en plateado, se mueven en dirección diagonal desde las esquinas hasta el cuarto invisible (la audiencia ya está sentada en el suelo) dibujado en un diagrama hecho con cinta adhesiva verde azulada. Las diez personas en verde pasando de perfil por los costados de la audiencia e impulsándolos a moverse forman parte de Interpenning a través de sus movimientos y de la repetición del siguiente texto de diferentes maneras y modalidades:

Conocimiento es una cosa, entendimiento es otra

Conocimiento es una cosa cosa cosa cosa cosa cosa

Entendimiento es otra cosa cosa cosa cosa cosa

"Una acción artística creada para romper las reglas de intermisión y para llevarte a la participación a través del sonido y de una exuberancia mística.”