En las últimas ruedas del Mercado Agroganadero de Cañuelas se registró un incremento del precio del ganado en pie cercano al 30 por ciento. Durante el 2022 la fuerte sequía afectó significativamente a la ganadería. Sumado a ello, los altos precios de los alimentos utilizados para el engorde de los animales (principalmente la suba en el maíz producto de la guerra entre Rusia y Ucrania), ocasionaron que los criadores decidieran reducir la cantidad de cabezas a mantener. 

Esto contribuyó a mantener el precio de la carne por debajo del resto de los precios de la economía a lo largo del año. Sin embargo esta tendencia finalizó cerrando el primer mes del 2023 al regresar la lluvia y normalizarse las pasturas.

Durante el 2022 el precio de la carne estuvo considerablemente por debajo de la inflación en alimentos y bebidas. Mientras que los alimentos subieron interanualmente un 95 por ciento a diciembre de 2022, el rubro de carnes y derivados se incrementó en un 63 por ciento. Esto contribuyó a la baja en la inflación de los últimos meses del año. Incluso, se registró que algunos cortes de carne vacuna tuvieron variaciones negativas a fin de año. 

Por ejemplo, en el mes de noviembre, la carne picada común redujo su precio un 3,2 por ciento respecto a octubre. En menor medida también redujeron el precio, los cortes de cuadril (-1,2 por ciento) y de paleta (-0,5 por ciento). En el mes de diciembre el único corte que experimento una reducción del precio fue la carne picada común (-0,9 por ciento).

Según el relevamiento del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), el precio de la carne venía relativamente estable hasta la cuarta semana de enero. Pero a partir de la quinta semana de enero se registraron aumentos más notorios. Entre el 1 y el 31 de enero los aumentos rondaron el 13 por ciento en promedio. 

La mayoría de las subas se centraron en la carne vacuna, no así en el pollo fresco o en el cerdo. Entre los incrementos más altos resaltaron el matambre (+30 por ciento) y el vacío (+28 por ciento), a los que le siguieron asado (+13 por ciento), cuadril (+15por ciento), peceto (+15 por ciento), bola de lomo (+11 por ciento) y nalga (+11 por ciento).

Los incrementos de la última semana incidirán en los datos de la inflación de enero y de febrero. Por cada 10 de incremento en el precio de la carne en la góndola, el IPC se incrementa en un 1 por ciento debido a su peso en la canasta que mide el INDEC.

Pasar de una inflación del 5 por ciento al 4 por ciento será mucho más dificultoso para el gobierno que lo que significó la baja del 6 por ciento al 5 por ciento. Principalmente entendiendo que la economía argentina tiene un componente inercial muy arraigado desde 2019. 

Además, teniendo en cuenta que en enero hubo aumentos en transporte (40 por ciento en AMBA), las naftas y el gasoil (4 por ciento), tarifas de agua (recortes del 20 por ciento de los subsidios) y prepagas (6,9 por ciento). Sumado a eso, hay una serie de aumentos establecidos en los próximos meses: de la reducción de subsidios que está realizando la secretaría de Energía, las boletas de luz subirán en febrero entre un 20 por ciento y un 30 por ciento. 

* Integrante de CESO