“La policía rosarina perdió por completo el control, tanto legal como ilegal, de la circulación de personas y mercancías en la calle”, aseguró este viernes el exministro de Seguridad de Santa Fe, Marcelo Saín, en diálogo con AM750.

La afirmación no llegó en cualquier momento, sino en un contexto en el que la violencia vinculada al narcotráfico en esta ciudad volvió a la portada de todos los medios de comunicación después de una cruda balacera al supermercado de la familia de Antonela Roccuzzo, esposa del astro del fútbol Lionel Messi.

El exfuncionario de Omar Perotti, apuntó que la situación muestra el “fracaso del Estado en su conjunto”. Para ejemplificarlo, cuestionó: “¿Por qué hay mercados de droga muy prolíficos en la Ciudad y el Gran Buenos Aires y no tienen el fenómeno de la violencia narco que, excepcionalmente, solo ocurre en Rosario?”.

La policía, a las órdenes de los narcos

Con duras críticas a la gestión de los últimos años en la provincia, Saín apuntó que "hay una explicación que tiene que ver con que la policía rosarina perdió por completo el control, tanto legal como ilegal, de la circulación de personas y mercancías en la calle”.

“La policía es el único órgano estatal que tiene una capilaridad 24 horas por día, 7 días a la semana. En Rosario esto no ocurre. Hace mucho tiempo se quebró el control y poder de la policía”, añadió.

El exfuncionario explicó que, cuando el mercado del narcotráfico era más pequeño, estaba subordinado a la policía. Sin embargo, aclaró que en la actualidad la fórmula se dio vuelta, y que son las fuerzas de seguridad las que responden a las bandas criminales.

“La manifestación más cabal es que en los dos juicios con Los Monos y Alvarado se mostró cómo ellos empleaban estructuras policiales. Ellos les daban las órdenes. Esto no ocurre en ningún otro lugar. En Rosario hay acuerdos de protección, pero de menor cuantía. No hay una autoridad estatal, aún ilegal, que contarle el territorio”, denunció.

Finalmente, denunció cómo esto es sostenido por la estructura política: “Alvarado empleaba jefes policiales de la más alta gama. Y policías con mucha protección política. Porque lo que se ventiló en el juicio era que todo el grupo de policías que estaba con Alvarado estaba refugiado en la unidad regional de San Lorenzo, y fueron enviados ahí por el ministro Pullaro, del progresismo, radical, precandidato a gobernador por Cambiemos”.

“Hay pactos de reparto del poder judicial y estructuras policiales de los que gobiernan esta provincia desde hace 15 años, que es una camarilla de socialistas, radicales y peronistas aliados, que es lo que pretendió romper Perotti y no pudo”, se lamentó, finalmente.