Los republicanos fracasaron ayer en su intento de derogar en el Senado la Ley de Cuidado de Salud Asequible del 2010, conocida como Obamacare. Esto representa un duro golpe para el presidente estadounidense, Donald Trump, y pone fin a la campaña de siete años de su partido para revocar la ley sanitaria. 

Ayer por la madrugada, tres senadores republicanos, entre ellos John McCain, se sumaron a los demócratas en su oposición a la medida del proyecto de ley, que resultó con 49 votos a favor y 51 en contra. McCain, diagnosticado recientemente con un cáncer cerebral, se unió a otras dos senadoras republicanas, Susan Collins y Lisa Murkowski, y a todos los demócratas para tumbar la propuesta, apodada “skinny bill” o “ley flaca”, porque buscaba una derogación parcial de Obamacare. Horas antes de la votación, que comenzó poco después de la 1 (las 2 de Argentina), Trump había animado en la red social Twitter a los republicanos a sacar adelante el proyecto después de siete años de espera.

Preguntado por los periodistas sobre el fracaso en el Senado, Trump se limitó ayer a decir que va a estar bien, sin precisar más al respecto. Después, se refirió brevemente al tema durante un discurso en Long Island (Nueva York) sobre la Mara Salvatrucha. “Debían haber aprobado la ley sanitaria anoche, pero no puedes tenerlo todo. Han estado trabajando en eso por siete años. ¿Lo pueden creer? El pantano. Pero lo haremos. Vamos a hacerlo”, dijo. “Lo he dicho desde el principio. Dejemos que Obamacare colapse y entonces hagámoslo. Resultó ser cierto. Dejemos que Obamacare colapse”, agregó. Esa idea de dejar colapsar la ley actual y después trabajar en una mejor la había recuperado ya en sus mensajes de Twitter posteriores a la votación, en los que acusó de defraudar a los estadounidenses a los tres republicanos y 48 demócratas que votaron en contra. 

Tras la derrota de la “ley flaca”, el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, convocó a los republicanos a trabajar juntos para mejorar la actual ley de salud. “Nadie dijo que la Obamacare es perfecta o que el sistema no necesita mejora. Cambiémoslo, mejorémoslo, pero no tomes sólo un cuchillo y lo destruyas sin poner nada en su lugar”, dijo ayer Schumer en rueda de prensa. Schumer alabó el coraje de McCain y de las dos senadoras republicanas que votaron en contra, y se mostró optimista de que este nuevo fracaso para Trump represente un punto de inflexión y de paso a una negociación bipartidista. “Espero que, viendo que no ha podido hacer mucho a su manera, lo haga de manera diferente”, indicó, al subrayar su esperanza de que el voto fuera un momento mágico para que cambie todo.

Schumer evaluó que lo primero es que ambos partidos trabajen en estabilizar el mercado de seguros, para después sentarse e intercambiar ideas en una serie de audiencias. El demócrata criticó la respuesta de Trump al voto en varios mensajes de Twitter, por considerar que no fueron presidenciales.

“(Trump) dijo ‘vamos a dejar que el sistema colapse´. Eso es pequeño, no es lo que hace un presidente, vamos a dejar que la gente sufra porque estamos enfadados la idea del sabotaje solo le va a perjudicar a él y a muchos ciudadanos”, señaló. Schumer consideró que no es justo cuando la gente culpa al líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, porque el problema radica en que la extrema derecha del partido tiene demasiada influencia. “Y ahora están dentro y no pueden hacer nada porque están tan alejados de los ciudadanos estadounidenses”, apuntó.

Quien también reaccionó al voto en el Senado fue el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, quien dijo estar decepcionado y frustrado de que el Senado fuera incapaz de alcanzar un consenso, a diferencia de la Cámara Baja, que aprobó su propia propuesta sanitaria para derogar Obamacare en mayo pasado. “Pero no debemos rendirnos. Animo al Senado a continuar trabajando hacia una solución real que mantenga nuestra promesa”, remarcó Ryan en un breve comunicado en el que también llamó a trabajar en asuntos como una histórica reforma impositiva para los próximos meses. 

El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell esperaba aprobar la nueva y más estrecha reescritura de la ley de salud, después de enfrentar decenas de enmiendas de los demócratas. Pero las defecciones del Partido Republicano dejaron a McConnell sin un camino claro hacia delante. “Lo único que lamentamos es que no logramos lo que esperábamos lograr”, dijo McConnell después de la votación fallida. Con la cara roja y abatido, retiró toda la legislación de consideración, estableció votos sobre nominaciones que comenzarán el lunes y no dio ninguna indicación de lo que podría ocurrir con respecto al sistema de atención médica.

Por su parte, en una declaración después de la votación, McCain dijo que el Congreso ahora debe regresar a la manera correcta de legislar y enviar el proyecto de ley de nuevo al comité, celebrar audiencias, recibir información de ambos lados del pasillo, prestar atención a las recomendaciones de los gobernadores de la nación y producir un proyecto de ley que finalmente ofrezca atención médica asequible para el pueblo estadounidense.