El procurador general de Entre Ríos, Jorge Amílcar García, aseguró que las pruebas encontradas durante el allanamiento realizado el jueves en la casa del reconocido abogado de Gualeguaychú Gustavo Rivas “parecen confirmar” la denuncia de abusos cometidos por el letrado, y que se estaría frente a la figura de “promoción a la corrupción y promoción a la prostitución de menores reiterada durante muchas años y con muchas víctimas”. Además, detalló que tomó declaración a “tres víctimas y a la madre de una cuarta persona, con mucho aporte. Todos confirmaron los relatos que se daban en la publicación periodística”, de la revista Análisis. El abogado defensor de Rivas, Raúl Jurado, sostuvo que los delitos que se le imputan habrían prescripto por el paso del tiempo, por lo que, dijo, “el fiscal tiene extinguida la acción, no puede hacer absolutamente nada”. En tanto, a última hora de ayer, el fiscal General de Gualeguaychú, Lisandro Beherán, confirmó la índole sexual de las fotografías secuestradas en el operativo, y convocó a quienes hayan sido víctimas a que presenten las denuncias correspondientes.

La causa contra el abogado, historiador y miembro activo de los carnavales de Gualeguaychú avanzó con rapidez tras la publicación de la denuncia, el jueves por la mañana.

El jueves a la noche, luego del allanamiento realizado al mediodía por los fiscales, el procurador General del Superior Tribunal de Justicia (STJ), tomó declaración durante varias horas a tres víctimas que se presentaron en los tribunales de Paraná.

Ayer por la mañana, desde la capital provincial, García  explicó que estaban “a la espera de nuevos testimonios, en esta ciudad o en Gualeguaychú, porque vamos a ir hasta el final”. Además, el jefe de los fiscales respondió al abogado de Rivas al sostener que la investigación se haría “independientemente del tiempo transcurrido, para nosotros no hay prescripción en ninguno de los hechos”.

“La calificación de prostitución tiene que ver con que el sexo por deseo se prostituye, se quebranta y también cuando una persona le da dinero o bienes a los adolescentes, porque los está llevando al camino de lo que llamamos el taxi boy”, añadió.

También señaló que “las pruebas son importantes y, sin adelantar valoraciones que van a depender de las pericias de los elementos secuestrados, creo que se confirma la denuncia de la nota que es de una gravedad que nunca he visto, que supera la capacidad de la imaginación”.

Al igual que lo hizo horas después el fiscal general de Gualeguaychú, Beherán, García  aclaró que las personas que se presenten a declarar tendrán garantías para su seguridad y reserva de identidad. “Todo se prepara para el juicio oral”, adelantó.

En cuanto a la situación de Rivas, García sostuvo que “la gravedad inusitada de los delitos es una de las cosas que se toman en cuenta para privar de la libertad antes de la sentencia condenatoria. Los otros aspectos son el peligro de fuga o lo que llamamos el peligro de entorpecimiento, o que intente borrar huellas, tratar de cambiar la declaración de las victimas”. “Si eso no se produce, no corresponde la detención previa de la persona, pero sí una medida de coerción menor, que puede ser prisión domiciliaria, prohibición de acercamiento a las víctimas, o una caución, que sería un depósito de dinero”, explicó el procurador.

En tanto, Beherán dio una conferencia de prensa en los tribunales de Gualeguaychú e informó que “se están investigando dos denuncias hechas en Paraná, de personas nacidas en Gualeguaychú, que cuando eran menores dicen haber sido abusados por Rivas”.

Aclaró que el abogado “no está imputado porque todavía se investiga si las pruebas presentadas son verdaderas”, y anunció que hoy se realizará otro allanamiento en una quinta de fin de semana que tiene el acusado en la localidad de Belgrano.

Según la investigación que realizó el periodista Daniel Enz, Rivas habría cometido abusos sexuales a más de 2.000 adolescentes a lo largo de 40 años. 

“Los cálculos más moderados indican que, por lo menos, corrompió a más de 2.000 adolescentes de entre 15 y 16 años, entre 1970 y más allá del 2010. Les pasaba videos pornográficos, los masturbaba, les practicaba sexo oral o  se hacía penetrar”, contó Enz a este diario, el jueves por la noche, mientras acompañaba a las víctimas a presentar sus testimonios. “Nadie lo denunció porque es una persona poderosa”, aseguró.