El presidente Alberto Fernández pasó toda la jornada recluido en la Quinta Presidencial de Olivos. El mismo se encargó de anunciar que el viernes le realizarán un bloqueo radicular para calmar el dolor que le provocó una hernia de disco en la zona lumbar. Si bien los funcionarios de su mayor confianza lo vieron "mucho mejor", lo que parece seguir sin cambios es la tensión política e incluso económica que vive el Presidente con los sectores del kirchnerismo. De hecho, se especuló mucho sobre el contenido del encuentro que Fernández mantuvo con el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, claramente identificado con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Cerca del Presidente dijeron que esa reunión sirviera "para acercar posiciones con el kirchnerismo", pero rápidamente aclararon que "el Presidente no va a bajar su candidatura".

La reunión con Ferraresi no fue la única que tuvo Fernández en Olivos. Allí también recibió al intendente de José C. Paz, Mario Ishii, pero el contenido de esas reuniones fue reservado. Estos encuentros se realizaron, según comentaron cerca del Presidente, gracias a los calmantes que le permitieron caminar y sentarse con cierta normalidad. "Le duele y le molesta, pero es un dolor soportable, no es como estaba el lunes a la noche", resaltaron.

La interna no da tregua

El debate que hoy por hoy tensa más la relación entre el kirchnerismo y el Presidente, más allá de las candidaturas, es el vinculado a la economía. Desde el sector que responde a CFK piden mejoras en el poder adquisitivo de los salarios, sobre todo después del número de inflación que dio a conocer el INDEC. El ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa, aseguró este miércoles que "el Estado nacional tiene que entender que para pegar un salto necesitamos mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores. Nosotros queremos ganar las elecciones y para eso necesitamos mejorar el poder adquisitivo de nuestro pueblo. No entremos en esta trampa que nos dejó el FMI y macrismo". Una de las ideas con la que insisten desde ese espacio es implementar una suma fija para los salarios que estén por debajo de cierto número, tal como hizo el expresidente Néstor Kirchner. 

Desde Casa Rosada indican que esa medida, por ahora, no se realizará. "En la medida en que eso se pueda hacer, se va a hacer. No es que no se hace porque no se quiere, pero hay responsabilidades de gobierno y en la situación actual es muy complicado", subrayaron. En esa línea, consideraron que "no hay dudas" que habrá mejoras o políticas que impacten de manera positiva en los bolsillos, pero que se hará "más cerca de la fecha de las elecciones". Es decir, en junio, julio o agosto. "La gente, por lo general, vota lo que pasa en esos meses", se esperanzan.

Cerca del Presidente consideran que el discurso de CFK del viernes "estuvo bien" porque se ubicó por encima de las discusiones internas y dio su punto de vista de la situación política y económica. "Hizo un cuestionamiento político y eso es válido. El tema es salir del agravio o la crítica personal", dijeron. Con respecto al acto que encabezó Máximo Kirchner el sábado, la lectura que hacen desde Balcarce 50 es distinta. Consideran que los líderes de La Cámpora "están confundidos", y que cuestionan al gobierno, pero no plantean soluciones. Para el "albertismo" la vicepresidenta no cambiará de postura y no será candidata a presidenta, como le pidieron en el plenario que encabezó su hijo, aunque no descartan que, por ejemplo, se presente como candidata a senadora.

Durante las últimas jornadas también circuló un rumor, en base a unas declaraciones que hizo el ministro bonaerense, Andrés Larroque, que consignaba que el kirchnerismo podría romper el Frente de Todos y relanzar el sello de Unidad Ciudadana para estas elecciones. "Ellos están en una situación de delirio e incoherencia, por lo cuál son capaces de hacer cualquier cosa, pero si hacen eso sería una desgracia para todos", dicen cerca de Alberto Fernández. Aclaran que en los diálogos que algunos de ellos sostienen con referentes del otro sector "no dan señales de que eso vaya a suceder". "Igual si lo están pensando tampoco nos lo van a anticipar", desconfían. Además, cuestionan que sectores que se identifican con CFK, no lo hacen con La Cámpora, e incluso cuando están están con el Presidente cuestionan distintas actitudes o definiciones que toman desde esa agrupación.

La salud del Presidente

Este miércoles el Jefe de Estado tenía previsto viajar a la provincia del Chaco para mostrarse junto con el gobernador Jorge Capitanich, uno de los posibles candidatos a presidente del FdT. Eso, sin embargo, tuvo que ser suspendido porque el martes por la noche el mandatario fue trasladado de urgencia al sanatorio Otamendi. Tanto esa visita, como la que iba a hacer el viernes a Entre Ríos, quedaron suspendidas.

Los dolores, según contaron desde el entorno íntimo del Presidente, comenzaron el lunes por la noche. Ese día Fernández había tenido varias reuniones en Casa Rosada, como por ejemplo, con el presidente de River Plate, Jorge Brito, y a última hora, cuando se encontraba reunido con el ministro de Defensa, Jorge Taiana, el dolor en la espalda comenzó a ser tan intenso que lo paralizó. 

Decidió irse a la Quinta de Olivos. Los médicos de la Unidad Presidencial lo revisaron y le dieron calmantes. Por eso, el martes definió llevar adelante sus actividades desde la residencia presidencial y no ir a Casa Rosada. Cerca de las siete de la tarde, sin embargo, su médico personal indicó el traslado al sanatorio Otamendi para que puedan realizarle una resonancia magnética y otros estudios. Con los resultados en mano, comunicaron que la solución será hacer un bloqueo radicular, que lo practicarían este jueves. Según contó Fernández a sus colaboradores, hace unos 15 o 16 años él ya había tenido una hernia de disco en el mismo lugar. En aquella ocasión también le hicieron un bloqueo y nunca más le dolió, hasta este lunes.