El Reino Unido y la Unión Europea adoptaron formalmente el viernes su nuevo acuerdo sobre las disposiciones posbrexit en Irlanda del Norte, que no logró, sin embargo, poner fin al bloqueo político en esa región británica de convulso pasado.

El pacto, sellado entre las partes el pasado 27 de febrero, busca evitar los problemas derivados de la salida del Reino Unido de la UE a fin de evitar una frontera física entre las dos Irlandas.

Cooperación bilateral

Tras la firma, el titular británico de Exteriores y el vicepresidente de la CE subrayaron en un comunicado conjunto la "excelente" cooperación bilateral durante estas negociaciones.

Lo alcanzado ha protegido el mercado único de la UE y el mercado interno del Reino Unido, así como el Acuerdo del Viernes Santo (1998), que puso fin a la violencia en la provincia,
añade la nota.

"El Reino Unido y la Unión Europea también reafirmaron su intención de utilizar todos los mecanismos disponibles en el acuerdo marco (de Windsor) para abordar y resolver conjuntamente cualquier problema futuro relevante que pueda surgir", añade la nota.

El Gobierno británico considera que el acuerdo marco es el mejor tratado para la provincia británica al salvaguardar su relación dentro del Reino Unido y proteger el acuerdo del Viernes Santo.

Irlanda del Norte sigue formando parte del mercado único comunitario
para bienes a fin de evitar erigir una frontera física en la isla de Irlanda, lo que vulneraría el acuerdo de paz, al tiempo que continúa en el mercado interno británico.

El ministro británico de Relaciones Exteriores, James Cleverly, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, firmaron el denominado "marco de Windsor" en Londres.

Nuevo Capítulo

"Lo veo como la apertura de un nuevo capítulo", declaró después Sefcovic a la AFP. "Estamos dando un nuevo impulso positivo a la relación entre la UE y el Reino Unido", consideró, esperando "abrir nuevas vías en los ámbitos político y económico para una mayor cooperación".

"Creemos que, con este nuevo marco en vigor, estamos abriendo nuevas oportunidades para la población y las empresas de Irlanda del Norte", agregó.

En un comunicado, Cleverly elogió el "marco de Windsor" como "el mejor acuerdo para Irlanda del Norte, que asegura su lugar en el Reino Unido y protege" el acuerdo del Viernes Santo de 1998, que puso fin a tres décadas de conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes dejaron más de 3.600 muertos.

La firma de ayer se ha concretado después de que el Parlamento británico aprobase el miércoles por una mayoría de 515 frente a 29 votos el denominado "freno de Stormont", una cláusula del texto que otorga a la Asamblea norirlandesa potestad para objetar la futura legislación comunitaria que considere contraria a sus intereses.

Los diputados británicos aprobaron esta parte crucial del texto, pese a la rebelión del ex primer ministro Boris Johnson y otros conservadores euroescépticos que votaron en contra.

El acuerdo también ha sido respaldado por los 27 países miembros del bloque europeo.

Qué dice el acuerdo


El nuevo Acuerdo Marco de Windsor exime de chequeos a los productos británicos que vayan destinados a Irlanda del Norte, aunque los mantiene para los que vayan a la República de Irlanda, que permanece en el mercado único comunitario.

Con el anterior Protocolo para Irlanda del Norte, los controles de todos los productos se hacían en los puertos de la provincia, lo que creaba una frontera en el mar de Irlanda, que separa la isla de Irlanda de la de Gran Bretaña, algo inaceptable para el DUP, que considera que tiene un impacto en su relación con el resto del Reino Unido.

Por esa razón el principal partido unionista de Irlanda del Norte, el DUP, también votó contra esa medida clave, que otorga al parlamento autónomo norirlandés un veto sobre las nuevas reglas de la UE que se implementen en la región.

Pese a "representar un avance real", el nuevo acuerdo "no aborda la cuestión fundamental, es decir la imposición de la legislación de la UE" en Irlanda del Norte, había justificado la semana pasada el líder del DUP, Jeffrey Donaldson.

El "marco de Windsor", alcanzado el mes pasado entre Londres y Bruselas, actualiza el llamado protocolo norirlandés negociado en 2020 por Johnson en el marco de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Aquel protocolo mantenía a Irlanda del Norte dentro del mercado europeo, con el objetivo de evitar una frontera terrestre "dura" con la vecina República de Irlanda, país miembro de la UE, que amenazase la frágil paz entre republicanos y unionistas.

Sin embargo, para ello imponía controles aduaneros a los productos llegados a la región desde el resto del Reino Unido, lo que el DUP denunciaba como una amenaza al lugar de Irlanda del Norte dentro del país.

En protesta, este partido bloquea desde hace un año las instituciones regionales norirlandesas, donde católicos y protestantes deben compartir el poder en virtud del acuerdo de paz de 1998.

Por primera vez desde la partición de la isla en 1921 el Sinn Féin, brazo político del antiguo Ejército Republicano Irlandés (IRA), ganó las elecciones regionales, pero no pudo formar Gobierno por los bloqueos de los unionistas.