En Ushuaia rige la paridad para cargos electivos. Sin embargo, desde 2015 su Concejo Deliberante es solo masculino: siete concejales varones dirimen los destinos legislativos de la ciudad capital de Tierra del Fuego; ni una mujer logró ser electa. ¿Cómo es posible? Vericuetos legales anclados en una fuerte cultura machista. Hace diez días, organizaciones feministas de la ciudad presentaron un proyecto para modificar la contradictoria norma y conseguir así el “una y uno” en el Concejo Deliberante de Ushuaia.

La historia de este intríngulis se remonta al 2002, cuando se dictó la Carta Orgánica Municipal, que estableció en el artículo 218 la paridad en la conformación de las listas y, en el artículo siguiente, el sistema de preferencias sin subsumirlo a la discriminación positiva establecida en el artículo anterior. El “mismo órgano constituyente votó la aplicación de un régimen electoral que es contradictorio con lo preceptuado en el artículo anterior. Cabe en este punto preguntarse: si cuando fundamentaron el artículo 218 reconocían la necesidad del dictado de medidas de acción positiva para promover la paridad en la sociedad de Ushuaia, cómo en el artículo siguiente, aplicable a la misma comunidad desconocieron lo pretendido, permitiendo el desbloqueo absoluto de las listas pares”, explican los fundamentos del proyecto de ordenanza. 

El sistema de preferencias establece que además de elegir una lista, el electorado debe seleccionar el candidato/a de su preferencia. En la práctica, en la lista, al costado de cada candidado/a hay un casillero donde marcar a quiénes se prefiere. Según las preferencias obtenidas, se puede modificar el orden de las listas. A esto se lo llama “desbloqueo”. Y es lo que ha bloqueado, literalmente, la llegada de mujeres al Concejo Deliberante.

El proyecto fue presentado el 18 de julio por organizaciones feministas, como La Ría, Las Mirabal, La Hoguera; periodistas con perspectiva de género; áreas de género de sindicatos; y agrupaciones internas del Partido Social Patagónico, del Frente para la Victoria, del Gen y de Nuevo Encuentro, entre otros. “Es interesante cómo nos juntamos todas”, celebró en diálogo con este diario la dos veces gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos; integrante de La Ría. 

El proyecto establece que se combine el sistema D´Hont (el método que se aplica en Argentina para la distribución de cargos legislativos, en todos los niveles), las preferencias y la paridad.

Entonces, primero se seguirán distribuyendo las bancas mediante el sistema D’Hont asegurando la representación de las minorías. Luego se contarán las preferencias. Y a continuación, el proyecto propone, realizar la asignación de bancas en orden de paridad: “Si el primer candidato más preferido fuese un hombre, la segunda banca será asignada a la mujer más preferida, y así sucesivamente”.

Además, aclara que si ninguna fuerza política obtuviese más de una banca, se procederá a asignarlas en el orden establecido de minorías y bancas: “si una mujer resultara la candidata más preferida de la primera minoría, la segunda minoría se integrará con el candidato varón más preferido de su lista, la tercera minoría con la mujer más preferida y así sucesivamente manteniendo el principio de paridad hasta completar la totalidad de los cargos a elegir”. Y viceversa.

Lo que pasa al día de hoy es que “aplican el Sistema D’Hont para minorías, aplican preferencia para los lugares pero la paridad no la aplican. Después dicen que la gente no nos vota a las mujeres”, contó Ríos. Y apuntó que se viola de esta manera el artículo 37 de la Constitución Nacional, que garantiza el acceso efectivo de mujeres a cargos electivos no solo por la conformación de listas sino por los regímenes electorales. 

¿Cómo es que nadie se dio cuenta antes? “Cada una de las organizaciones e instituciones actúa siempre minimizando la voz y la palabra de las mujeres”, consideró Ríos. Y el argumento de que a las mujeres no las votan ni las mujeres se fue convirtiendo en profecía autocumplida. Desde el 2003 y por doce años hubo una sola mujer concejal y después del 2015 ninguna. Ahí el problema se hizo muy evidente. La pregunta que los grupos feministas se hicieron entonces fue ¿por qué si en la Legislatura de Tierra del Fuego hay siete legisladoras de un total de quince –paridad y sin ley que lo obligue–, en el Concejo Deliberante de Ushuaia, que agrupa a la mitad de la población de la provincia, no hay ninguna mujer?

La respuesta fue la incongruencia de la norma. No se tuvo en cuenta que “en todos los partidos políticos las prácticas y el ejercicio de poder no es diferente al de la sociedad. Las listas se armaban como lo dictaba el artículo 218, pero se desarmaban con el manejo de las estructuras partidarias en el 219, generando el cumplimiento de un artículo la anulación absoluta del anterior”, dicen los fundamentos del proyecto.

Allí citan el ejemplo de las elecciones de 2015, en las que la candidata del Frente para la Victoria Noelia Trentino sacó más votos y más preferencias que cuatro de los siete concejales con mandato vigente pero aun así quedó fuera. También que la candidata del Pro Sonia Milstain no logró entrar solo por ocho preferencias, y le negaron la posibilidad del recuento de votos.

“La aplicación del sistema de preferencias, en el presente régimen electoral ha demostrado a lo largo de 15 años que aún siendo votadas y preferidas, las mujeres quedan fuera de la representación pública. Es que el desbloqueo de listas opera en contra de las mujeres por práctica social”, dice el proyecto.

El Concejo Deliberante de Ushuaia es citado por distintos estudios académicos para ejemplificar cómo las leyes de paridad por sí solas no alcanzan para lograr que las mujeres accedan a los cargos electivos. 

Por todos estos argumentos, las organizaciones impulsoras del proyecto esperan su aprobación. El proyecto fue presentado por la modalidad de “iniciativa popular”, lo que implica que el Concejo Deliberante tiene seis meses para dar una respuesta fundamentada a favor o en contra de la aprobación de la ordenanza.