Brasil confirmó que va a reemplazar una medida del gobierno del expresidente Michel Temer que fijaba un techo al gasto público y congelaba el presupuesto por 20 años. La norma fue presentada por el ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, que además subrayó la importancia de la recaudación a través de impuestos y en esta línea, que los más ricos paguen impuestos.

La nueva regla fiscal propuesta por el gobierno de Lula prevé un crecimiento real de los gastos entre 0,6% y 2,5% anual. Además, incluye un sistema que según el ministro de Economía, permite trabajar sobre presupuestos reales durante todo el año dependiendo el crecimiento y el flujo de la recaudación.

"Esta reforma no es una bala de plata que resuelve todo, es el comienzo de un camino, un plan de vuelo para saber cómo enfrentar los problemas de la economía brasileña", aseguró Haddad al presentar el plan.

El nuevo marco fiscal prevé no afectar inversiones en salud y educación y un crecimiento de la deuda pública hasta 2026, último año del gobierno de Lula. La medida también va a requerir un ajuste en 2024 respecto del presupuesto de 2023.

Con esta decisión, el gobierno de Lula busca ponerle fin al techo del gasto público aprobado por el gobierno de Temer y que fue celebrado por el sistema financiero y por la gestión de Jair Bolsonaro, aunque en 2022 el exmandatario pidió permiso al congreso para no cumplir esta regla.

El ministro de Economía de Lula también defendió que este marco fiscal "incluye al pobre en el presupuesto", pero subrayó que se necesita una recaudación impositiva para que los números logren una armonía sin impactar en la inversión pública. Por eso, dijo que es necesario que los más ricos paguen los impuestos.

"Si el que no paga impuestos comienza a hacerlo, todos vamos a pagar menos intereses, y para que eso ocurra es necesario que el que está fuera del sistema entre al sistema", aseguró el ministro.