Los Ejércitos de Estados Unidos y Filipinas iniciaron este martes sus mayores ejercicios militares conjuntos de la historia, unas maniobras que consolidan la renovada alianza militar entre los dos países en plena escalada de tensiones con Beijing en el mar de China Meridional y alrededor de Taiwán.

"A través de estos ejercicios, las fuerzas filipinas y estadounidenses perfeccionarán su interoperabilidad, aumentarán sus competencias y complementarán sus capacidades mediante la colaboración, garantizando que estén preparadas para responder juntas a los retos del mundo real", declaró el comandante de los Marines de Estados Unidos, Eric Austin, durante la ceremonia de apertura celebrada este martes en Manila.

Los ejercicios anuales, llamados Balikatan ("hombro con hombro" en filipino), reunirán a más de 17.600 efectivos (12.200 soldados estadounidenses, 5.400 filipinos), casi el doble que en 2022, e incluirán por primera vez fuego real con misiles Patriot y sistemas de defensa Avengers. Incluyen también una maniobra con fuego real en el mar de China Meridional, a menos de 300 kilómetros al este del arrecife de Scarborough, por el que se disputan Beijing y Manila. 

Para el profesor emérito de la Universidad Nacional Australiana Carlile Thayer, "los conocimientos utilizados en este ejercicio podrían aplicarse al hundimiento de un buque de guerra chino".

El ejercicio más potente en 39 años

Este "Balikatan", notablemente más numeroso en tropas, despliegue militar e intensidad de fuego real, es el ejercicio más potente desde que estas maniobras fueron inauguradas hace 39 años, y también se trata del de mayor amplitud hasta la fecha en cualquiera de las modalidades de ejercicios existentes entre ambos países. Las maniobras se suman a la reforzada alianza militar entre Washington y Manila para frenar las ambiciones expansionistas de China en el mar de China Meridional y en Taiwán.

La semana pasada, Filipinas anunció cuáles son las cuatro nuevas bases militares del archipiélago a las que tropas de Estados Unidos tendrán acceso (elevando el total a nueve), una de ellas en la parte más septentrional del archipiélago, a unos 400 kilómetros de Taiwán, mientras que otra está en la isla de Balabac, cercana a las islas que Beijing y Manila se disputan en el mar de China Meridional. Precisamente allí EE. UU. envió a su destructor USS Milius el lunes, una acción que China condenó alegando que Beijing tiene "soberanía indiscutible" sobre las islas y sus aguas adyacentes.

"Para proteger nuestro territorio soberano, debemos prepararnos a retomar una isla arrebatada", explicó a la prensa el coronel Michael Logico, vocero de las fuerzas armadas filipinas, tras la ceremonia de inicio de las maniobras en un campo militar de Manila. Es la primera vez que se organizan estos ejercicios bajo la presidencia de Ferdinand Marcos, quien quiere reforzar sus lazos con Washington después del distanciamiento de su predecesor Rodrigo Duterte.

Críticas chinas

La demostración de fuerza estadounidense coincide con el fin este lunes de unas maniobras militares chinas alrededor de Taiwán simulando el bloqueo de la isla autogobernada cuya soberanía es reclamada por Beijing, en represalia por la reunión del miércoles pasado en California entre la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Kevin McCarthy.

El nuevo pacto entre Manila y Washington enfureció a China, que acusó a la potencia estadounidense de "poner en peligro la paz y la estabilidad regionales". "Los países de esta parte del mundo deben preservar su independencia estratégica, y resistir con firmeza a la mentalidad de guerra fría y de confrontación entre bloques", aseguró el embajador de China en Manila, Huang Xilian.

El presidente filipino trató de calmar los ánimos asegurando que China no debe inquietarse por la localización de las bases a las que EE.UU. tendrá acceso, ya que, "si nadie nos ataca, no tienen que preocuparse porque no lanzaremos una ofensiva".