Desde Roma

Esquiar, que en Italia es muy común incluso entre los estudiantes secundarios, puede ser un deporte fascinante. Pero también puede serlo el acompañar a otra persona con algún problema físico, que se empeña para ganar cuantos desafíos se le presentan esquiando. En este último caso las dos personas son como si fueran una. Se entrenan, corren, hablan, se comunican, elaboran juntos una estrategia que los lleva al triunfo. No es fácil para ellos. Pero seguramente los llena de satisfacción y de amor por su deporte.

Este es el caso de Andrea Ravelli, 31 años, militar de la Guardia de Finanzas de Italia, que vive en Darfo Boario Terme (provincia de Brescia, norte de Italia), y de Giacomo Bertagnolli, 24 años, originario de Cavalese (región del Trentino, también al norte) que sufre de deficiencia visual. Ambos trabajan juntos para mejorar su rendimientos como esquiadores desde 2019. Y han ganado decenas de premios nacionales e internacionales.

Andrea Ravelli es parte de la Guardia de Finanzas (fuerza militar con funciones a nivel de la economía y las finanzas) desde 2010. Había estado en el equipo deportivo de esa fuerza hasta que un accidente lo obligó a retirarse. Ravelli empezó a aprender a esquiar cuando tenía tres años. Su padre era entonces un maestro de esquí. Y cuando tenía 16 años, pasó a formar parte del Equipo Nacional Italiano de Esquí. Había ganado ya varios premios. Nunca antes había entrado en el equipo nacional un joven de apenas 16 años. Sus entrenamientos en ese periodo empezaron a ser muy exigentes. El equipo italiano no sólo se entrenaba en Italia sino que en los meses de julio o agosto, cuando Italia está en pleno verano y la nieve escasea, se iban a entrenar a Argentina, en particular a Tierra del Fuego. En una entrevista con Página/12, Ravelli contó que fue cinco años a entrenarse a Cerro Castor, en Tierra del Fuego.

-¿Qué recuerdo tenés de Tierra del Fuego?

-A mi me gusta la gente que sonríe, que es gentil. Cuando veían llegar a italianos, todos los habitantes estaban contentos y nos recibían muy bien. Esta es una de las cosas que más me impresionó. Además del hecho de que es impresionante también ver dónde está colocada la Tierra del Fuego en el mapa. Está al fin del mundo, es bellísimo. Yo vi la ciudad de Ushuaia que crecía. Cada año era más moderna. La primera vez que fui, vi pocos caminos asfaltados. En cambio cada año había infraestructuras nuevas, hoteles nuevos, calles nuevas. Estaba en continua evolución. Desde 2013 no he vuelto. Pienso que todavía debe ser muy bella.

Ravelli (izquierda) junto a Bertagnolli (derecha), con su multitud de medallas de Pekín 2022.

-¿Cuándo entraste a la Guardia de Finanzas?

A los 18 años entré al grupo deportivo de la Guardia de Finanzas. Porque en Italia funciona así: a los atletas más fuertes los enrolan en cuerpos militares. Cada año la Guardia de Finanzas, los Carabineros, la Policía, ponen a disposición dos o tres puestos que son reservados exclusivamente a los atletas jóvenes. En el 2010 yo fui elegido por la Guardia de Finanzas.

-¿Tuviste que hacer algún curso especial de la Guardia?

-Sí, te hacen hacer un pequeño curso durante el período que sos atleta. Luego, cuando el atleta decide dejar el deporte y emprender la carrera en el cuerpo militar, te hacen hacer otro curso más largo. Yo en el 2010 hice dos semanas de curso, pero en el 2016 cuando dejé de ser atleta, me mandaron a hacer otro curso de tres meses fuera de Roma. Nos enseñaban a disparar, a marchar, las leyes, etc.

-¿Y por qué dejaste de ser atleta?

-En 2014 tuve un accidente grave que no me permitió seguir esquiando. Me caí durante un entrenamiento y se me rompieron los ligamentos de las rodillas. Fui operado, hice un año de pausa. Traté de recomenzar en los años siguientes pero aparecieron otros problemas ligados al accidente. Dolores musculares, en las rodillas, en la espalda. En dos años me di cuenta de que no lograba más volver al nivel de antes. Por eso decidí - tenía 25 años- dedicarme a terminar la universidad. Estudié Ciencias Motoras en la Universidad San Raffaele de Roma y luego hice un máster en Masoterapía, que es una figura auxiliar del Fisioterapista. En 2017, mientras trabajaba en un cuartel de la Guardia de Finanzas haciendo patrullaje callejero, estudié además Economía empresarial y me recibí en 2020.

-¿Y cuándo empezaste a trabajar con Giacomo Bertagnolli?

-En marzo de 2019 me llegó una llamada de Giacomo. Me explicó quién era y que le servía mi figura como guía para esquiar. En abril hicimos la prima prueba de esquiar juntos en Monte Campione, en Lombardía (norte de Italia). El me explicó lo que debía hacer, es decir esquiar delante de él y darle las indicaciones que le sirven para ir adelante, ya que tiene una carencia importante en la vista. Nos comunicamos a través del casco que ya tiene insertados un auricular y micrófono a través del cual yo podía hablar y él recibir las indicaciones como ir a la derecha o izquierda, indicarle si hay un pozo u otro problema en el camino, etc. Ese día hicimos cerca de ocho vueltas en esas pistas. Bertagnolli había tenido ya otra guía pero en los últimos años no lograba tener el nivel alto de técnica que era necesario para que Giacomo ganara. El tiene un problema de nacimiento en el nervio óptico. Algo ve pero no puede ver detalles. Bertagnolli a ese punto había ya ganado, entre otros, una Copa del Mundo y en el 2018 cuatro medallas en los Juegos Paralímpicos de Invierno de Pieonchang.

Ravelli, de uniforme, recibiendo el premio de la Asociación de Periodistas Extranjeros de Roma.

-¿Te apasiona este tipo de enseñanza? ¿Por qué la elegiste?

-Yo soy un apasionado del esquí desde que era chico. Además me gusta hacer de guía y correr con este muchacho. Me gusta mucho. Me siento bien porque es un trabajo de equipo, porque trabajamos juntos para ganar un premio juntos. Él y yo somos vistos como una sola persona. Cuando ganamos, somos premiados los dos. Cuando yo no pude seguir corriendo a nivel profesional a causa de mis problemas físicos y pude ayudar a este chico con problemas a ganar su desafío, fue una gran satisfacción para mí.

-¿Y cuántos premios han ganado juntos hasta ahora?

-Aparte del premio como “Mejor Atleta Paralímpico” que recibimos los dos recientemente de la Asociación de la Prensa Extranjera de Roma, hemos ganado unas 40 carreras de Copa del Mundo en cuatro años. Hemos ganado también una Copa del Mundo General, que quiere decir que logramos el mayor puntaje en Copa del Mundo porque fuimos los mejores en todas las disciplinas en un año. Y a la lista hay que agregar cinco Copas del Mundo y siete medallas en los Mundiales que se corren cada dos años además de dos medallas de oro y dos de plata en los Paralímpicos de Invierno de Pekín 2022.