El exmilitar uruguayo Armando Méndez, culpable de los asesinatos y torturas del argentino Gerardo Alter y el uruguayo Walter Arteche durante la dictadura militar en el vecino país (1973-1985) y posteriormente funcionario del gobierno democrático de Luis Lacalle Herrera, murió el viernes a los 73 años mientras cumplía arresto domiciliario.

Méndez, que fue condenado por las autoridades uruguayas a 24 años de prisión el pasado 5 de diciembre por el delito de "homicidio muy especialmente agravado en calidad de coautor", se encontraba desde hace nueves días en arresto domiciliario. 

Alter, un argentino que militaba en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, fue detenido en Montevideo junto a los uruguayos Jorge Selves y Walter Arteche en agosto de 1973. El hecho ocurrió dos meses después del autogolpe del presidente Juan María Bordaberry, que dio inicio a doce años de dictadura

Alter y Arteche murieron el mismo día de su detención tras ser golpeados y torturados con una picana eléctrica, según datos obtenidos en las investigaciones sobre el Plan Cóndor, un acuerdo de las dictaduras de la región para perseguir, encarcelar y asesinar militantes políticos y guerrilleros en sus territorios, sin importar su nacionalidad.

El exmilitar fue integrante del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) durante la dictadura, un cuerpo acusado de torturas y otro tipo de crímenes. Tras la vuelta de la democracia fue director de Aduanas en el gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995), padre del actual mandatario Luis Lacalle Pou. 

El septiembre de 2021, el Ministerio de Defensa Nacional de Uruguay clasificó como información reservada durante 15 años los documentos referentes a Méndez. Pese a ello, la Justicia lo procesó un mes y la causa derivó en su condena