Los ministerios de Finanzas y Hacienda informaron que volverán a emitir deuda en moneda extranjera en el mercado internacional. Dos resoluciones publicadas ayer en el Boletín Oficial anuncian la ampliación en hasta 6700 millones de dólares la emisión de los títulos Bonar 2024. El instrumento es un bono en dólares con legislación nacional cuya primera emisión sirvió de pago a la petrolera Repsol por la compensación de la estatización de YPF. La normativa conjunta que lleva las firmas de los ministros Luis Caputo y Nicolás Dujovne autorizó la emisión de hasta 2700 millones de dólares para activar el segundo tramo de la operación de Repo, crédito de corto plazo, acordada con los bancos Nomura, BBVA, HSBC y Citibank. Los títulos quedarán como garantía y se los recuperará en una fecha ya pactada. Ayer ingresaron a las reservas internacionales 2500 millones de dólares por esa operación y el stock de divisas del Banco Central ascendió hasta los 49.301 millones de dólares. 

La segunda operación prevista habilita la colocación de hasta 4000 millones de dólares en Bonar 2024. La normativa que lleva la firma del ministro Luis Caputo no precisa para qué se utilizarán los fondos. Una posibilidad es que los títulos sean entregados como parte de pago para las sentencias a favor de las empresas extranjeras que iniciaron demandas contra el país en el Ciadi, el tribunal arbitral del Banco Mundial, después de la crisis de la convertibilidad. 

Con la colocación del bono centenario celebrada a mediados de junio la deuda en moneda extranjera emitida en los mercados internacionales durante la gestión de Cambiemos asciende a 35.763 millones de dólares. Si a esas operaciones se suma el stock de Letes, deuda en dólares de corto plazo, las emisiones del Tesoro superan los 50.000 millones de dólares en dieciocho meses. A esos pasivos externos se suman los contraídos por las provincias y las empresas privadas.  

Las 12 provincias que salieron al mercado internacional colocaron deuda por 10.831 millones de dólares. Fueron 32 las compañías que captaron fondeo en el exterior por un total de 8417 millones de dólares. El proceso de endeudamiento externo abasteció la fuga de capitales. La dinámica habilitada como parte del proceso de reinserción en los mercados financieros internacionales no impulsó una reactivación económica basada en la inversión, las exportaciones o el consumo. En cambio engrosa los compromisos por pago de intereses, expone la economía a los vaivenes del mercado financiero y agudiza los problemas comerciales.