Página 12 entrevistó a los economistas Leandro Ziccarelli, Rodrigo Álvarez, Emiliano Libman y Alejandro Fiorito para hablar sobre la corrida cambiaria. Como suele ocurrir en Argentina, pronto el tema dejó de ser preponderante, aunque sigue latente. ¿Por qué se generó la corrida y cuántas chances hay que se repita? Spoiler: muchas. Las medidas del gobierno son acertadas en tanto buscan robustecer al Central de reservas, se intervino con reservas y con bonos dolarizables. El acuerdo con el FMI es casi la única estrategia para anclar expectativas en el actual contexto, pero tutelado por CFK. El riesgo que dejó grabado el reperfilamiento acecha sobre las golpeadas finanzas del sector público.

No fue por el atraso cambiario

“El dólar blue llegó a estar 505 pesos esa semana y eso es carísimo, pero es verdad que no existen anclas nominales en este momento de modo que, en términos relativos, puede subir aún más”, dijo el economista Leandro Ziccarelli en su podcast semanal FMI. Hay desequilibrios macroeconómicos fundamentales, como el desbalance externo con las reservas cayendo en picada producto de la sequía, las importaciones y la dolarización de carteras, o el incumplimiento del acuerdo con el FMI que también alienta las expectativas de una mayor emisión que acabará presionando al dólar. En especial en un año electoral.

“Muchos dijeron que el tipo de cambio estaba atrasado, cuando en realidad no lo está. Si calculamos el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral que mide el Central con el dólar CCL, el índice está por arriba del nivel de la salida de la Convertibilidad, ¡un nivel de overshooting cambiario!”, agregó. Entonces la corrección en el precio del dólar vivida durante esas semanas no es la requerida, pero el mercado está hipersensibilizado.

Igualmente, Ziccarelli advirtió que los movimientos van a seguir: “Es verdad que los dólares paralelos venían aumentando menos que la inflación y eso puede alimentar la subida, también es cierto que hubo niveles de dólar más altos aún en el pasado (por ejemplo durante la corrida de octubre de 2020 que fue la más significativa de todas), entonces los paralelos pueden seguir subiendo pero la explicación es que no hay anclas y la economía está muy endeble”, no en un supuesto atraso.

Para Rodrigo Álvarez de la consultora Rodrigo Álvarez y Asociados: “Hay elementos que se vienen gestando hace tiempo que tienen que ver con la dinámica inflacionaria: la aceleración genera un ruido muy grande y el período de ajuste de los contratos se acorta, lo cual tiene consecuencias distributivas importantes. Hoy los precios promedio de la economía se ajustan cada 15 días pero los salarios lo hacen con otra frecuencia, los problemas son también distributivos. En ese contexto, cualquier shock de información o rumores políticos acorrala las expectativas del mercado”. La corrida empezó el viernes 14 de abril, ese mismo día se anunció el dato de la inflación de marzo del 7,7 por ciento.

Además de la compra del dólar ilegal a un precio desviado, en las últimas semanas hubo salida de depósitos en dólares de los bancos. Un comportamiento que también se verificó durante la corrida desatada tras la renuncia de Guzmán y había alcanzado operaciones por unos 1.000 millones de dólares. La cifra es similar en la actualidad, pero los especialistas consultados advierten que mermó esta última semana.

Subir la tasa..

En las semanas de la corrida cambiaria “el mercado se autorreguló: con un precio mayor a 500 pesos si seguía la corrida, se iba el ministro, y el gobierno aprovechó para presionar: se allanaron AlyCs aunque fuese por otros motivos pero lo importante era que el titular saliese en los medios”. El jueves 27 de abril el Banco Central subió en 10 puntos porcentuales la tasa de interés de las Leliqs (que pasó de 81 a 91 por ciento, el nivel más alto en 20 años) que implica una tasa efectiva anual de 140 por ciento y un rendimiento para un plazo fijo tradicional del 7,58 por ciento mensual.

No son los plazos fijos minoristas, sino que la política cambiaria del gobierno se vuelve inconsistente si no sube la tasa de interés: se generan incentivos a tomar deuda en pesos para financiar importaciones, y todos están queriendo adelantar importaciones para aprovechar la brecha cambiaria, todos quieren comprar al dólar oficial. Las importaciones se comen los dólares día a día porque el dólar soja no levanta, entonces la única alternativa para contener eso es devaluar más rápido el oficial, algo que ya viene ocurriendo, porque pasó de subir de 7 al 9 por ciento”, dice Ziccarelli.

En igual sentido se manifestó Alejandro Fiorito, profesor de la Universidad Nacional de Moreno, sostuvo: “Habría que ser mucho más activos con la tasa de interés: el costo de ser un país periférico es tener diferenciales de tasas de interés nominales positivas, no necesariamente las reales porque tenés que ganarle a la devaluación. Pero en esta situación donde nadie te presta y no hay reservas, no hay tasa que alcance, solo es algo que tendríamos que pensar a futuro.” Subir la tasa de interés es el costo de oportunidad ante una devaluación pero no garantiza la desdolarización bajo el actual y repetido contexto.

Intervenir con bonos y dólares

La corrida cambiaria también se calmó porque el gobierno usó reservas para aplacar los dólares financieros y esta semana introdujo también para regulaciones para operar en CCL y MEP que ya habían sido conversadas con las sociedades de bolsa y AlyCs. Las operaciones se acotarán pues no podrán apalancarse barato con cauciones o pases (opciones de muy corto plazo además) para vender títulos contra dólares y además se cursarán por el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral) en donde compradores y vendedores acuerdan mano a mano un precio para la transacción.

La intervención con reservas es más efectiva que la intervención vendiendo solamente bonos. Recordemos que Guzmán intervenía en los dos segmentos del dólar MEP: vendía los títulos en pesos necesarios para hacer la operatoria y a su vez los recompraba en dólares utilizando las reservas”, sostiene el economista Emiliano Libman de Fundar. Son regulaciones e intervenciones del Banco Central que ya se vieron en el pasado y contribuyeron a contener las corridas, “el gobierno está convencido en evitar una devaluación y lo va a hacer por todos los medios”, agrega. Los viajes de Sergio Massa al exterior son sinónimo de nuevo financiamiento: la utilización del swap chino para financiar (la mitad) de las importaciones y un acuerdo similar que se alcanzará con Brasil permiten ahorrar dólares y también se confirmaron préstamos del Banco Mundial, el BID, el Fondo Saudita para el Desarrollo y la CAF por unos 3.000 millones de dólares.

Otra vez el acuerdo con el FMI

Para Rodrigo Álvarez “el principal elemento que tiene el gobierno para estabilizar los mercados en el corto plazo es renegociar el acuerdo con el Fondo para que funcione como ancla, el FMI es el único garante de que el gobierno realizará las correcciones [ortodoxas] que son necesarias”, y que Sergio Massa se encamina en esa dirección quedó claro en los últimos días que se aceleró el crawling peg (es decir la devaluación cambiaria oficial en línea con la suba de precios), subió la tasa de política monetaria y también las tarifas energéticas. Todas exigencias del Fondo que Massa pondrá sobre la mesa.

Se esperaba un desembolso de 3.990 millones de dólares en junio, siempre que el Fondo otorgase un waiver por el incumplimiento de las metas fiscales y de reservas. Otros dos desembolsos por 3.325 millones de dólares cada uno se preveían para septiembre y diciembre. Massa quiere adelantar esos giros y también renegociar las metas. Otro acuerdo, también solicitado por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Un acuerdo cumplible que entienda las limitaciones de un país afectado por cuatro tragedias: la sequía, la pandemia, la guerra y una falta de coordinación política que hizo las cosas más delicadas.

“El plan Massa tenía dos patas, usar los bonos en poder de organismos públicos para sostener el dólar MEP y CCL y en simultáneo encarar el dólar agro y soja para apuntalar las reservas. Cuando se rompió la primera pata porque subieron los dólares libres, se cayó la segunda porque ya no tiene sentido descalzarse y vender la soja a 300 pesos”, sostiene Álvarez. Un confiable gurú porteño apunta lo siguiente en su cuenta de Twitter: “Después de la transferencia de Bonares desde el resto del Sector Público Nacional al Tesoro-BCRA, ¿cuál es el poder de fuego para frenar el CCL? En el balance de la autoridad monetaria sólo se ven 1.750 millones de dólares de los casi 10.000 millones anunciados”.