Javier Milei pasó por Tucumán el lunes para dar apoyo a Ricardo Bussi, su candidato para las elecciones a gobernador que, previstas para el próximo domingo, fueron suspendidas por la Corte Suprema de Justicia. El diputado de extrema derecha dejó su marca en el Jardín de la República: iba a ser entrevistado por La Gaceta, pero el tradicional diario tucumano canceló el encuentro debido que Milei objetó que le preguntaran sobre determinados temas. 

En su edición de este martes, el diario informó en un recuadro sobre lo sucedido. "Según expresaron quienes habían establecido los contactos, proponían condicionamientos a la charla, como que no se le podrían hacer preguntas sobre temas como portación de armas y venta de órganos y niños”, informó el matutino.

Justamente, la venta de órganos es uno de los caballitos de batalla del economista, que volvió a reflotar el tema la semana pasada. La portación de armas figura en la agenda del candidato a gobernador. Ricardo Bussi, hijo de Antonio, el genocida que gobernó la provincia en dictadura y en democracia, hizo un spot de campaña en favor de la libre portación.

Milei tenía previsto un encuentro con periodistas de La Gaceta, que incluía un registro audiovisual. Pero las trabas que puso el ultraderechista hicieron desistir al medio. “Convalidar esa pretensión -por fuera de la ética periodística- hubiera significado avalar una afectación de la libertad de prensa y de expresión y una falta de respeto hacia nuestros lectores”, adujo el diario.

El líder de La Libertad Avanza se rodeó de sus seguidores en el centro de San Miguel de Tucumán, donde se repartieron gorras con la leyenda "Make Tucumán great again", parafraseando el slogan de Donald Trump. Milei dio una conferencia de prensa y se fue sin haber hablado con el principal medio de la provincia. 

Mientras, sus seguidores vandalizaron un puesto de ActivAr, una agrupación política liderada por Carlos Cisneros, que denunció lo sucedido. 

En su lucha contra las casta, y para unas elecciones que no se sabe cuándo se realizarán, el fervoroso libertad que pretende elegir sobre cuáles temas hablar, apoya a alguien que no es exactamente enemigo de la denostada "casta": Bussi vive del erario público como legislador hace años y su hija menor, Josefina, de 25 años, encabeza la lista de legisladores.