Un estudio de la NASA concluyó que cuatro de las lunas más grandes del planeta Urano “probablemente contengan una capa oceánica entre sus núcleos y sus cortezas de hielo”. El informe afirma que las lunas tendrían océanos con decenas de kilómetros de profundidad.

Qué dice el estudio de la NASA sobre Urano

El informe publicado por la NASA precisa que de las al menos 27 lunas que giran alrededor de Urano, las cuatro más grandes podrían contener agua. Los datos se desprenden de una investigación realizada por la Encuesta Decadal de Ciencias Planetarias y Astrobiología 2023 de las Academias Nacionales de Estados Unidos, que puso el foco especialmente en Urano, debido al interés científico para explorar al planeta, un “gigante de hielo”.

La investigación fue publicada en el Journal of Geophysical Research, y aporta información respecto a cómo una misión futura investigaría las lunas. “Cuando se trata de pequeños cuerpos celestes —planetas enanos y lunas—, los científicos planetarios han encontrado previamente evidencia de océanos en varios lugares inesperados, incluidos los planetas enanos Ceres y Plutón, y la luna Mimas de Saturno”, dijo.

“De modo que hay mecanismos en juego que no entendemos por completo. Este artículo investiga cuáles serían esos mecanismos y cómo son relevantes para los muchos cuerpos del sistema solar que podrían ser ricos en agua pero que tienen un calor interno limitado”.

El estudio revisó los hallazgos de los sobrevuelos de Urano de la misión Voyager 2 de la NASA en la década de 1980 y de observaciones terrestres. Los autores construyeron modelos informáticos infundidos con hallazgos adicionales de las misiones Galileo, Cassini, Dawn y New Horizons de la NASA, que descubrió “mundos oceánicos”, e incluye conocimientos sobre la química y la geología de la luna Encélado de Saturno, Plutón y su luna Caronte, y Ceres, todos cuerpos helados del mismo tamaño que las lunas de Urano.

Los investigadores utilizaron ese modelo para medir cuán porosas son las superficies de las lunas de Urano, y encontraron que es probable que posean suficiente aislamiento térmico como para retener el calor interno que se necesitaría para albergar un océano.

Océanos subterráneos cálidos y cubiertos de hielo

Además, hallaron lo que sería una posible “fuente de calor en los mantos rocosos de las lunas”, que liberan líquido caliente, y que ayudaría a un océano a mantener un ambiente cálido. Este es un escenario especialmente probable para las lunas Titania y Oberón, donde los océanos incluso serían lo suficientemente cálidos como para potencialmente sustentar la habitabilidad.

Según la publicación de la NASA, “investigar la composición de los océanos también permite a los científicos aprender sobre los materiales que podrían encontrarse en las superficies heladas de las lunas, dependiendo de si las sustancias que están bajo la superficie fueron empujadas hacia arriba por la actividad geológica”. “Existe evidencia proveniente de telescopios de que al menos una de las lunas, Ariel, tiene material que fluyó hacia su superficie, tal vez proveniente de volcanes de hielo, hace relativamente poco tiempo”, enfatizaron.

De hecho, Miranda, la luna más “interna” y la quinta más grande, también alberga características de su superficie que podrían ser de origen reciente, lo que sugiere que en algún momento habría contenido suficiente calor para mantener un océano, aunque ahora estiman que está congelada.

Pero el calor interno no sería el único factor que contribuye al océano subterráneo de una luna. Un hallazgo en el estudio sugiere que es probable que los cloruros, así como el amoníaco, sean abundantes en los océanos de las lunas más grandes del gigante de hielo.