Este domingo Salta se suma a la larga lista de provincias que adelantaron sus elecciones como una estrategia de sus gobernadores para despegarse de lo que pueda ser el humor social a nivel nacional. Y para ello, como lo hicieron sus antecesores, Gustavo Sáenz utilizó como pretexto “provincializar” la elección, prescindir de las grandes coaliciones que, según él, solo fomentan la famosa “grieta”.

A su vez, optó por eliminar las Primarias Abiertas del esquema electoral. Decisión denunciada de “autoritaria” por la oposición, aduciendo que de esa manera buscaba dividir a sus rivales restando una herramienta que “democratiza” y le da a quienes votan más opciones para elegir a sus gobernantes.

Otra decisión del mandatario salteño fue la de mantener, a pesar de las críticas, el sistema de boleta única electrónica que instauró su antecesor Juan Manuel Urtubey.

Así las cosas, algo más de un millón de personas habilitadas para votar podrán elegir a quien manejará las riendas provinciales los próximos cuatro años. En estos comicios, además de gobernador y vice, se votará a los intendentes de los 60 municipios de Salta. Se renovarán la mitad de sus concejos deliberantes (343 ediles), y en la Legislatura bicameral, 30 diputados y 11 senadores.

Son 12 las fórmulas para competir por la gobernación, de las cuales la favorita en todas las encuestas es la oficialista Alianza Gustavo Gobernador, que lleva a Sáenz en busca de su reelección acompañado nuevamente por Antonio Marocco.

Si no hay sorpresas, desde el oficialismo nacional se sumarán un poroto y pintarán de azul la provincia debido a la cercanía del albertismo y el apoyo constante de su gestión a Salta. Pero sobre todo, por la histórica amistad entre Sáenz y el ministro de Economía Sergio Massa. El mandatario norteño llegó en 2015 a la intendencia de la capital salteña de la mano del espacio del hoy funcionario nacional, y meses después lo acompañó en su fórmula presidencial.

Pero desde la Rosada también podrían festejar un triunfo de la oposición si es que el Frente Avancemos le arrebata la gobernación. Liderando ese espacio se encuentra el diputado nacional por el Frente de Todos Emiliano Estrada, muy cercano al ministro del Interior Wado de Pedro y a la cúpula de La Cámpora.

Estrada sorprendió a propios y extraños a mediados de enero cuando presentó una fórmula sumando como candidato a vicegobernador al también diputado nacional Carlos Zapata, que integra las filas de Ahora Patria, partido de derecha de Alfredo Olmedo, quien a su vez ya adelantó que acompañará a Javier Milei en su intentona de llegar a ocupar la presidencia de la nación.

En Juntos por el Cambio quien ganó la pulseada fue Miguel Nanni, proveniente del radicalismo. El legislador nacional recibió el apoyo de su correligionario Gerardo Morales, quien tras la victoria de su espacio político en Jujuy, viajó a Salta a dar una charla en el lujoso hotel Sheraton sobre las “exitosas” políticas públicas impulsadas en su gestión. La fórmula la completa otra diputada nacional, la dirigenta del PRO Virginia Cornejo.

El Frente de Todos, por su parte, se presenta dividido en dos frentes y otros dos partidos que decidieron jugar solos. El que lleva la delantera en los sondeos y pretende disputar el tercer lugar en las elecciones es Entre Todos, que encabeza el senador provincial y ex vicegobernador romerista Walter Wayar, acompañado por el ex legislador por Orán, Iván Mizzau.

Esa coalición, que suma como primer candidato a diputado por la ciudad capital al diputado nacional del FdT Lucas Godoy, se autopresenta como la que más fielmente representa la tradición peronista y los lineamientos de la coalición gobernante en el país.

El otro frente, Salta Para Todos, también lleva a una legisladora nacional a la gobernación, en este caso es la representanta del Partido del Trabajo y el Pueblo (PTP) Verónica Caliva, con el apoyo del partido Kolina. Su vice será Carlos Gravanago.

Los dos partidos también del sector kirchnerista que decidieron ir por fuera de cualquier alianza son Instrumento Electoral Por la Unidad Popular (UP), con Ramiro Escotorín y Patricia Caliva como gobernador y vice, y Salta Va Con Felicidad, con Mauro Sabbadini y Jimena Loayza Pacheco.

La izquierda tampoco logró la unidad y el FIT-U quedó integrado solo por el MST y el PO. Allí la fórmula a la gobernación es integrada por Claudio Del Plá y Lorena Hidalgo. Mientras que el PTS va con la docente Daniela Planes Saiz y Verónica Tejerina.

Se suman el Movimiento al Socialismo (MAS), con Marcos Tognolini y Mirta Ramos, y Política Obrera, con Violeta Gil y Ángel Tolaba.

Por último, los libertarios de Javier Milei van representados con un ex funcionario de Juan Manuel Urtubey como Lucio Paz Posse, acompañado por Lorena Farjat D’Alessandro en el Frente Salta Avanza Con Vos. La nota en este espacio la dio el hijo del ex gobernador de Salta en tres ocasiones, Marcos Urtubey.

Se calienta la elección en la capital

Con una elección con poco suspenso para la gobernación, en donde el actual mandatario se encamina a su reelección, todos los ojos se posaron desde hace ya varias semanas en la disputa por el municipio con más votantes en la provincia.

En la ciudad capital la pelea por el primer lugar será entre oficialistas. Sáenz decidió poner a su delfín, senador, periodista y ex funcionario de la intendencia en la gestión peronista de Miguel Isa, Emiliano Durand, una figura con muy buena imagen que puede destronar a Bettina Romero en su intención de renovar mandato.

Esta última es hija del actual senador nacional Juan Carlos Romero, ex gobernador en tres oportunidades, y nieta de Roberto Romero, que gobernó entre 1983 y 1987.

De ser así, Sáenz barrería con las intenciones de la familia Romero de volver a ocupar la gobernación en 2027, cuando el actual mandatario no pueda ya volver a presentarse porque la reformada Constitución Provincial se lo impide.

Si bien son 15 los candidatos y candidatas a la intendencia, esas dos figuras polarizaron la elección en la ciudad de Salta desde que se formalizó la candidatura de Durand. Y desde ese momento la campaña fue tomando calor, al tiempo que aumentaron las agresiones entre oficialistas sin parar hasta último momento. Nada hace suponer que, de ganar el actual senador, el panorama se tranquilice.