Hace poco se cumplió un año del envío al Congreso, por parte del presidente, del proyecto de ley Cuidar en Igualdad, que apunta a ampliar licencias por maternidad y paternidad, crear una asignación para personas gestantes y no gestantes que sean monotributistas y un sistema integral de cuidados, entre otras cosas. Tras la realización de foros en el anexo de la Cámara de Diputados, la próxima semana comenzará el tratamiento en comisiones de diferentes proyectos. En esta nota opinan la diputada María Rosa Martínez; la subsecretaria de Políticas de Igualdad del Ministerio, Lucía Cirmi; y la socióloga Virginia Franganillo, quien participó de la redacción del texto.

Entre el año pasado y este se realizaron tres foros que enriquecieron la discusión. Uno con participación del Estado (ministerios de Mujeres, Desarrollo Social y Trabajo y Anses), otro con referentes del sindicalismo (CTA, CTA Autónoma y Corriente Federal) y el último con organizaciones comunitarias y movimientos sociales. La oposición no asistió. La semana próxima las comisiones de Mujeres y Diversidad, Trabajo, y Previsión y Seguridad Social -- presididas por Mónica Macha, Vanesa Siley y Marisa Uceda respectivamente-- iniciarán el tratamiento de distintos proyectos que giran alrededor de licencias y cuidados, temas de vital importancia en la lucha feminista, vistos muchas veces como el núcleo de la desigualdad.

En el siguiente paso hacia una posible norma que instaure un equilibrio, aquellas dos caras de la misma moneda serán tratadas por separado. Martínez, diputada nacional por la provincia de Buenos Aires (Frente de Todos), informa a este diario que el martes sesionarán las comisiones de manera conjunta para tratar el tema de licencias. En tanto, "hacia el jueves", será abordado "todo el paquete de cuidados", una "diversidad" que abarca ámbitos como el domiciliario y el comunitario. "Hay 30 proyectos anteriores que tienen que ver con licencias, y 10 con cuidados, tanto del Frente de Todos como de la oposición. La tarea es unificarlos", añade la legisladora, quien espera que para junio haya dictamen de "ambos aspectos" para poder llevar la ley --o dos leyes-- al recinto. 

También Macha, diputada nacional por el FdT, se refirió al tema. "Cerramos esta etapa de profunda construcción colectiva y vamos ahora por herramientas legislativas que nos permitan transformar la desigualdad. Consideramos el cuidado como trabajo, como organizador social, pero también como lo que construye una comunidad más humana, honesta e igualitaria", afirmó. Con distintos actores involucrados, la redacción del proyecto Cuidar en Igualdad llevó más de dos años.

Qué propone la ley Cuidar en Igualdad

"¿Sabían que hoy los padres y las madres por adopción no tenemos derecho ni a un solo día de licencia? ¿Se les ocurre algún motivo válido para que no se apruebe el proyecto?", tuiteó el periodista Gabriel Sued. "Cuando nació mi hijo mi marido solo pudo tomarse cinco días de licencia. No hay momento más solitario que el de quedarse en casa con un recién nacido", tuiteó la socióloga Celeste Abrevaya. Mensajes de este tipo aparecieron en las redes sociales como respuesta a una campaña impulsada por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad junto a Unicef, OIT y ONU Mujeres, con el objetivo de pedir el tratamiento de la ley Cuidar en Igualdad, presentada el 1° de mayo de 2022. 

El proyecto establece ampliar la licencia para mujeres y otras personas gestantes, que pasaría de forma inmediata de 90 a 126 días (como sugiere la Organización Internacional del Trabajo); la licencia para padres y otras personas no gestantes de dos a 90 días de forma progresiva a lo largo de ocho años; crear una asignación para personas gestantes y no gestantes que sean monotributistas, monotributistas sociales y autónomos y la licencia por adopción para todos los regímenes laborales. 

Además, crea el Sistema de Cuidados que registra, reconoce y remunera los cuidados comunitarios. Propone la inclusión de un sistema de cuidadores/as domiciliarios/as para personas mayores dentro del plan médico obligatorio y compromete el 8,5 por ciento del presupuesto del Ministerio de Obras Públicas para ampliar la infraestructura en cuidados (centros de desarrollo infantil, jardines de infantes, residencias para personas mayores, centros de día).

En la región, solamente Uruguay tiene vigente un sistema de cuidados. El proyecto de ley Cuidar en Igualdad llegó al Congreso como resultado de un trabajo de más de dos años encabezado por la Mesa Interministerial de Políticas de Cuidado. "La escribimos en conjunto. Cada organismo según su tema lideró la instancia consultiva", cuenta Cirmi. Franganillo, coordinadora de la Comisión de Cuidados del PJ, integró la comisión redactora en lo que toca a políticas públicas integrales de cuidado. "Se recogieron propuestas, demandas y expectativas, y hubo ocho meses de trabajo intensivo", precisa. Coordinados por el Ministerio de las Mujeres se desarrollaron parlamentos en las provincias que fueron foros intersectoriales, con participación de los niveles municipal, provincial y nacional del Estado y de los distintos actores sociales involucrados en las temáticas. De aplicarse tal como está planteado el proyecto implicaría una inversión del 0,11 por ciento del PBI, estima Cirmi.

"El proyecto del Ejecutivo acumula muchas experiencias, pero en el Congreso tenemos la responsabilidad de dar lugar a los que anteceden", dice Martínez. Hay mayores posibilidades de acuerdo en torno al tema de licencias. Seguramente, el punto más sensible sea el debate distributivo: las asignaciones que se otorgarían a personas gestantes y no gestantes que sean monotributistas, o las remuneraciones que comenzarían a cobrar, por ejemplo, las mujeres que trabajan en los comedores comunitarios, una lucha que sostiene con firmeza La Garganta Poderosa, que impulsa un proyecto en ese sentido. "Va a haber que acordar entre todas las iniciativas. Veremos hasta dónde llegamos en la ampliación de derechos", concluye la diputada.

"La agenda de cuidados siempre pelea contra la idea de que hay otras urgencias, pero es errónea: esta no es una agenda nueva. (El proyecto) es una nueva forma de resolver viejos problemas. Cuando atacás esto vas al origen de la pobreza. Necesitamos más varones que pidan por este derecho. Siempre las compañeras comprometidas desde el sindicalismo y el feminismo, con recorridos comunitarios, son las más involucradas. No puede ser que seamos las únicas responsables de cambiar esta realidad", expresa Cirmi. "Es mucho lo que se ha avanzado. Con este Gobierno (los cuidados) se han instalado como política de Estado, con políticas públicas a través de la creación de una Interministerial; se ha instalado también en los sindicatos, movimientos sociales, las provincias. De todos modos, es mucho lo que falta en el reconocimiento social y en los presupuestos. Una ley vendría a fortalecer estos avances", concluye Franganillo.

El núcleo de la desigualdad

En el país, el tiempo social promedio dedicado al trabajo de cuidado no remunerado es muy desigual. Las mujeres le dedican más de seis horas por día; los hombres, sólo tres. Son datos pandémicos, de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, realizada en 2021, pero la tendencia se mantiene. El informe realizado por el Indec se dio a conocer en octubre de 2022. Reveló que el 91,7 por ciento de las mujeres realiza trabajos no remunerados en contraste a un 75,1 por ciento de varones. 

Según datos oficiales publicados en 2020 por el Ministerio de Economía, las tareas de cuidado representan el 16 por ciento del PBI en la Argentina. Dentro del feminismo hay un consenso de que constituyen la esencia de la desigualdad de género. "Además, son la base de la reproducción social de la pobreza y de la indigencia", define Franganillo, especialista en estudios de la mujer, militante peronista y feminista, creadora del Consejo Nacional de la Mujer.

"Los cambios sociales, culturales y económicos de los años '60 y '70 cambiaron el status de las mujeres, pero ya hacia fines de los '80 y principios de los '90 a nivel internacional se reconocía que a pesar de nuestra incorporación al trabajo, la participación social y política, persistía la división sexual de trabajo", contextualiza la especialista. "Una serie de fenómenos epocales como el aumento de la expectativa de vida, el engrosamiento de la población económicamente activa femenina, la pérdida de las sociedades de pleno empleo y la crisis de los estados de bienestar producida por las políticas liberales llevaron a las feministas en los países desarrollados a hablar de la 'crisis de cuidados'. En el caso de América latina, el territorio más desigual del mundo, las economistas feministas lo definen como crisis de la 'reproducción social'", describe.

"Cuando vemos pobreza e indigencia las familias monomarentales son muy numerosas; en la indigencia son mayoría", precisa. Según datos de la Dirección de Cuidados Integrales del Ministerio de Desarrollo Social, en el total de localidades de más de 2 mil habitantes --que abarcan el 90 por ciento de población del país-- hay casi 1,4 millones de hogares monoparentales. Se trata del 9,7 por ciento del total de hogares del país. El 85 por ciento es liderado por mujeres. En estos hogares viven casi 2,42 millones de niñes menores de 18 años. Casi el 54 por ciento de estos hogares se encuentra bajo la línea de pobreza. Son datos del tercer trimestre de 2022.

"La ley promueve invertir en la educación y cuidados tempranos para las niñas y los niños, en los cuidados personales para adultos mayores y personas con discapacidad y el reconocimiento y jerarquización de los trabajadorxs del cuidado, entre ellos el comunitario. Es decir el derecho a crecer dignamente, garantizar salud y mayor bienestar a adultos mayores, generar trabajo con derechos, liberar tiempo en las mujeres para el acceso al empleo. Promovería la actividad económica y generaría igualdad social y de género", sintetiza Franganillo.

"Vivimos en una sociedad que te pide que hagas de tu tiempo plata para poder vivir. Pero si lo ocupás en una tarea que aunque vale mucho no te genera plata te empobrecés. Se habla mucho de brecha salarial pero antes que nada hay ausencia salarial", postula Cirmi. "Al extender licencias se activarían políticas de tiempo e ingresos, un salario indirecto para el colectivo de trabajadores, y los varones serían igualmente responsables dentro de la casa. Algo que no ocurre hoy y tiene impactos negativos, primero para ellos mismos, en su vínculo con sus hijos. En cuanto a nosotras, nos discriminan en el mundo del trabajo: nos cuesta más que nos empleen, nos pagan menos, nos ascienden menos", compara la funcionaria. Resalta también que se crearían 400 mil puestos de trabajo vinculados a cuidados. Muchos, en realidad, ya existen, pero no son reconocidos de manera formal.