Gerard Piqué, el hombre que había pisado el mundo del tenis cinco años atrás con la promesa de llevar adelante una verdadera revolución, decidió alejarse por completo luego del gran fracaso que representó el cambio de formato de la Copa Davis

Kosmos Global Holding, la compañía que preside el ex defensor de Barcelona, cerró sus dos filiales Kosmos Tennis y Kosmos Management, según informó el diario francés L'Equipe. La primera había estado a cargo de llevar adelante la novedosa forma de juego de la centenaria ensaladera desde la primera edición de 2019; la segunda, por otro lado, se dedicaba a la representación de jugadores de tenis a lo largo del mundo.

En enero pasado, por caso, Kosmos Tennis ya se había desligado de la organización de la Copa Davis por la decisión unilateral de la Federación Internacional de Tenis (ITF), el órgano con el que había llegado a un acuerdo en 2018 para concretar la cruzada: quebrar una historia de 118 años en la asamblea en Orlando, donde el tándem lograra el cambio de formato gracias al 71,43 por ciento de los votos –necesitaba dos tercios– entre las federaciones miembro.

La versión inaugural de la nueva Davis, en la Caja Mágica de Madrid, había representado el puntapié inicial de un proyecto por el que Kosmos pagaría nada menos que tres mil millones de dólares durante las siguientes 25 temporadas para iniciar un nuevo ciclo histórico. La revolución Piqué de un cuarto de siglo, no obstante, sería inocua: llegaría a su fin antes del primer lustro.

Kosmos Tennis había sido una pata del Grupo Kosmos creada de manera exclusiva para explotar todo lo relacionado con la Copa Davis, por lo que no tenía sentido que siguiera en pie luego del quiebre del vínculo con la ITF. La disolución de Kosmos Management, sin embargo, resultó más sorpresiva, dado que contaba con una interesante carpeta de jugadores. En enero de este año incluso había anunciado la incorporación del ruso Andrey Rublev (6º del mundo), del croata Borna Coric (16º) y de la ucraniana Elina Svitolina (ex 3ª del ranking), quienes se sumaban a otra top ten como la rusa Daria Kasatkina (9ª).

El Grupo Kosmos seguirá en pie con proyectos como la Kings League, una de las grandes apuestas de Piqué. Ya dirá el tiempo si consigue sostener el éxito, un objetivo que no pudo cumplir en el tenis: su proyecto colapsó demasiado rápido. El desarrollo de la nueva Davis, cuya única semejanza con la de siempre fue el nombre, encontró la mayor contingencia en la escasa asistencia de público: Kosmos Tennis hizo mal los cálculos y la Davis generó menos dinero que el esperado, por el que resultó imposible que la empresa pudiera cumplir con la garantía anual -cercana a los 40 millones de euros- exigida por la ITF.

La compañía de Piqué, entonces, mantenía una deuda impagable. Ni siquiera había podido abonar el caché de los jugadores de los ocho países presentes en la fase final de Málaga, disputada en noviembre pasado, la edición que consagrara por primera vez a Canadá. Por eso intentó renegociar, sin éxito, las garantías con la ITF. La meta de generar una nueva Davis sustentable y el plan para revolucionar el tenis en la era de la celeridad, al cabo, llegaron a su fin antes de iniciar el prólogo. Piqué apenas llegó a empuñar la raqueta.

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