“Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”. La frase bíblica le marca la cancha al protagonista de El siervo inútil, ópera prima del cordobés Fernando Lacolla que llega a un puñado de salas de cine luego de su paso, hace algunas semanas, por la Competencia Argentina del Bafici. 

No se trata de un film histórico, ni mucho menos: Luca es empleado en una empresa dedicada al negocio inmobiliario, interesada en erigir varias torres de categoría en un amplio terreno que hace las veces de cementerio de trenes, a su vez improvisado hogar de familias de bajos recursos. Luca es empleado, sí, pero con beneficios: su suegro es uno de los dueños de la compañía. Por esa razón, y porque hay trámites municipales congelados que están paralizando el comienzo de la obra, Luca es enviado a mover algunos resortes políticos. A la vieja usanza, sotto voce, que favor con favor se paga.

Así es como entra en contacto con un diputado de apellido Cardone, viejo amigo de la familia que anda con ganas de vender unos campos destinados a la cosecha intensiva de soja, casco de estancia incluido. No es casual que el protagonista lo encuentre practicando tiro, adelanto de violencias por venir, las asordinadas y las explícitas. Federico Liss construye a un Luca reservado y obediente, recadero pero con una agenda de ambiciones personales extensa. Aunque en este caso una cosa es indiscernible de la otra: si Cardone mueve los hilos necesarios para que el proyecto avance, Luca debe ocuparse de la venta de la propiedad y hacer las veces de testaferro. Así, viajando constantemente entre la capital cordobesa y el campo, entra en contacto con el capataz y cuidador del terreno, la estancia y los animales, esposo y padre de familia más que preocupado por la inminencia de un indeseado desalojo (otro papel lleno de intensidades secretas cortesía de Víctor López, el protagonista de Muere, monstruo, muere).

Luca pasa cada vez más tiempo en ese ámbito rural, un espacio que lo atrae, en parte quizás por ciertos deseos atávicos obturados por los ritos de la gran ciudad, mientras la construcción del complejo habitacional continúa en un limbo. El vínculo entre unos y otros comienza a tejer una telaraña que envuelve cada vez más firmemente a Luca, algo evidente para el espectador pero invisible para él mismo, ciego ante las promesas de prosperidad y ascenso social. Utilizando de manera inteligente los caminos del thriller, aunque sin tomar ninguno de sus carriles centrales, Lacolla ofrece un relato lleno de avivadas, acomodos y corruptelas, mientras la violencia que parece destinada siempre a un “otro” lejano, invisible a pesar de su presencia concreta, amenaza con estallar en las manos de quien empuña el arma. El siervo inútil es el estudio de un personaje que corre directo hacia el despeñadero, confiado en que el vacío es terreno sólido.

EL SIERVO INÚTIL - 6 PUNTOS

Argentina, 2023

Dirección y guion: Fernando Lacolla.

Duración: 74 minutos.

Intérpretes: Federico Liss, Rubén Gattino, Víctor López, Pola Halaban, Axel Prato.

Estreno en salas de cine.