El Palacio de Buckingham rechazó nuevamente un pedido de repatriar los restos del príncipe de Etiopía Dejatch Alemayehu de Abisinia, que está enterrado en el Castillo de Windsor, una de las residencias oficiales del rey Carlos III, argumentando que consideran “muy poco probable que sea posible exhumar los restos sin perturbar el lugar de descanso de un número considerable de personas en los alrededores".

En un comunicado, aseguraron que “son muy sensibles a la necesidad de honrar la memoria del Príncipe Alemayehu”, pero que tienen "la responsabilidad de preservar la dignidad de los difuntos". Asimismo, agregaron que la embajada de Etiopía en Londres "puede seguir visitando la tumba para presentar sus respetos".

El príncipe fue llevado a Inglaterra –al igual que su madre, Tiruwork Wube, que murió en el viaje– cuando tenía solo 7 años, luego de que las fuerzas británicas derrotaran a su padre, el emperador Teodoro II en 1868. A pedido de la reina Victoria, Alemayehu, fue apoyado económicamente y tuvo garantizados sus estudios en escuelas de élite. Murió en 1879, a los 18 años en la ciudad de Leeds. 

“Como familia y como etíopes, queremos que sus restos regresen porque ese no es el país en el que nació", dijo a la BBC Fasil Minas, descendiente de la antigua corona de Etiopía. Y agregó que "no estuvo bien" que lo enterraran en Reino Unido.

Las demandas para que el cuerpo regrese no son nuevas. En 2007, el entonces presidente Girma Wolde-Giorgis, envió una solicitud formal a la reina Isabel II, pero no tuvo éxito. Según la profesora Alula Pankhurst, especialista en relaciones británico-etíopes, la devolución del cuerpo sería una forma de lograr una "reconciliación" y de reconocer que lo que sucedió en el pasado "estuvo mal", dijo también a la BBC.


Por qué el príncipe de Etiopía fue enterrado en Reino Unido

En diciembre de 1867, tras un levantamiento del emperador Teodoro II de Etiopía contra las autoridades británicas en ese territorio, en donde tomó como rehenes europeos –entre ellos el consul inglés–, Reino Unido lanzó una acción militar con 13.000 soldados.

Meses más tarde, en abril de 1868, las fuerzas atacantes superaron a las defensas del emperador, quien se quitó la vida para no ser prisionero. Entonces los británicos se llevaron al príncipe Alemayehu y a su madre, la emperatriz Tiruwork Wube, quien murió en el viaje.

A pedido de la reina Victoria, Alemayehu, quien había quedado huérfano, fue apoyado económicamente y tuvo garantizados sus estudios en escuelas de élite. Después, fue a la academia de entrenamiento militar en Sandhurst, donde sufrió intimidaciones, por lo que al año continuó su formación en una casa privada en Leeds.

El joven murió a sus 18 años por pleuresía –inflamación de los pulmones– en esa ciudad, en 1879, una década después de haber llegado. Hasta entonces, nunca dejó de expresar su “anhelo” –según la correspondencia de la época que citan los medios locales– de regresar a donde nació.

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