San Lorenzo cerró una semana negra con otra derrota. Venía de perder 3 a 2 sobre la hora ante Fortaleza en Brasil por la Copa Sudamericana. Y ahora volvió a caer 1 a 0 frente a Barracas Central por el campeonato de la Liga Profesional. Si River le gana a Vélez, el equipo de Rubén Insúa puede quedar a siete puntos de la punta, una diferencia importante pero no decisiva. Barracas jugó un tiempo y aguantó en el otro y por eso ganó. San Lorenzo nunca encontró por donde entrarle al partido y siempre estuvo incómodo. Por eso perdió. Y resignó un invicto de diez fechas en el plano local.

Incluso en la primera etapa, San Lorenzo concedió espacios defensivos que no suele entregar. Le faltaron rigor e intensidad para capturar las pelotas divididas e imponerse en los duelos individuales. A los once minutos, Brian Calderara hizo una gran corrida por la izquierda, los pasó por encima a Luján y Leguizamón y lanzó un centro preciso que Alexis Domínguez de cabeza mandó a la red. Pero el Ciclón igual no reaccionó. Con poco, Barracas le manejó la pelota, le puso más gente en ataque y obligó a Insúa a apretar las clavijas en el entretiempo.

El técnico sanlorencista hizo tres cambios: sacó a Maroni, Bareiro y Leguizamón, los puso a Martegani, Blandi y Barrios y San Lorenzo acusó el mensaje. Al menos, encaró el segundo tiempo con una pujanza que no había tenido en la primera mitad aunque con la misma falta de ideas de ataque. Los arranques desde la izquierda hacia el centro y las gambetas de Barrios parecieron la previa de un empate inminente. Pero una movida del propio Insúa (cambió al lateral Luján por Cerrutti y replegó a Barrios a la mitad de la cancha) alejó al diminuto delantero del área donde Barracas defendía con línea de cinco y en paralelo, desinfló a su equipo.

Recien en los diez minutos finales con la entrada del colombiano Carlos Sánchez por el grandote Campi, Barrios volvió a jugar arriba. Pero el mejor momento azulgrana ya había pasado. Por más que terminó atacando con cuatro y una doble punta de lanza (Vombergar y Blandi), el revuelo desmadejado de centros y pelotazos que mandó, no pudo desordenar el aguante de Barracas y condenó a San Lorenzo a una nueva derrota al cabo de una semana en la que sólo mostró fervor. Sin fútbol ni resultados.