Por alguna razón, la traducción del título en Argentina es El año del arcoiris, pero el título en idioma original es Mitt liv som hund ("Mi vida como un perro") estrenada en 1985, dirigida por Lasse Hallström. Siempre veo películas o series suecas, no importa la temática. Me reconforta escuchar el idioma.

Recién este año me di cuenta que mi pensamiento de cine comenzó a los 7 años en aquella casa de la calle Ciudad de la Paz, en el barrio de San Ángel de la Ciudad de México. Era una casa grande, mágica, llena de gente y música. Creo que ahora es un restaurante.

Llegamos allí en 1982, mi madre y yo. Nuestro exilio había comenzado varios años antes en Suecia debido a la última dictadura. Era una casa comunitaria donde vivíamos dos o tres familias "argenmex", como nos llamamos quienes tuvimos exilio forzado en México. Lxs adultxs que vivían en esa casa hacían cine, mientras que nosotrxs, lxs menores, éramos una pandilla de niñxs un poco desorientadxs, tratando de descifrar ese presente extraño y arrebatado.

La fachada no decía mucho: un portón negro de hierro te daba paso a un gran garaje para varios autos. Al entrar, llegabas al jardín de adelante que siempre tenía el pasto cortado, el jardín de atrás era para la perra, Grela, y el resto de los animales: creo que había un gato, cinco patos que no tenían nombre y tortugas de agua que comprábamos en el mercado que quedaba a la vuelta. En realidad, el mercado era de flores, pero el último local vendía animales. Cuando volví a México, el local de animales ya no estaba, pero el mercado de flores seguía igual, con su particular olor.

Por sus pasillos amplios y sus ambientes con grandes ventanales, la casa funcionó como set de filmación en más de una ocasión. Había una habitación revestida en madera, muy elegante, allí estaban las cámaras de cine (había dos, marca AATON), varios lentes, equipos de sonido, claquetas, trípodes, latas de cine, libros y revistas, todo sobre cine. Lxs menores podíamos entrar acompañadxs, pero no jugar allí.

Además de las familias que vivíamos, circulaba mucha gente. Era la casa de las grandes fiestas, en general con música cubana.

Los recuerdos de aquellos años de exilio son como un arcoíris. Algo aparece sorpresivamente y me llena de sensaciones: un olor, el gusto de una comida, un sonido, el tipo de clima o el idioma nórdico, me llevan a aquellos dos países que supieron ser míos en la infancia y que todavía me acompañan en mi vida cotidiana: México y Suecia.

Me ha pasado caminar por la calle, escuchar hablar a turistas y reconocer que son suecos por el canto del idioma. Puedo identificar la diferencia sonora entre un sueco y un noruego. Es un juego que me gusta hacer y que he repetido varias veces, un desafío propio.

El año del arcoiris es una película poética y sensible que narra la odisea de un niño de doce años a quien el abandono paterno y la enfermedad de su madre lo conducen a un pequeño pueblo del interior del país. La película logra crear un ambiente mágico y nostálgico de una Suecia rural de los años 50, combinando la alegría y la tristeza de la infancia de una manera conmovedora. Eso dice el CHAT GPT. Además, para mí, es una crónica de la infancia, la ausencia y el exilio desde la mirada de un niño, pero por encima de todo, la resiliencia en nuevos lazos vinculares.

Cuando comencé a estudiar cine, muchos años después, ya en Argentina, resignifiqué que varios de los adultxs que vivían o circulaban por aquella casa de la calle Ciudad de la paz habían sido integrantes del grupo Cine de la Base, el círculo del arcoiris cierra. Aquellos que me enseñaron sin saberlo un pensamiento de cine, una manera de estar en el mundo: Nerio, Gastón, Coco, Jorge, Marcelo, Martin, Lili, Shula, entre otrxs. Gracias.

El Grupo Cine de la Base fue una organización de cineastas argentinxs que se formó en la década de 1960 y se disolvio en la década de 1970. Fue fundado por un grupo de cineastas que querían hacer películas independientes y políticamente comprometidas que reflejaran la realidad social y política de Argentina en ese momento. Se les atribuye haber ayudado a desarrollar el cine político en Argentina. Eso dice el chat GPT, que omitió información fundamental y aquí completo:

El Grupo Cine de la Base en la década de 1970 fue amenazado por la última dictadura militar, varios de sus miembrxs fueron desaparecidxs y otrxs tuvieron que ir al exilio. Lxs que siguieron con vida continúan haciendo cine.

Valentina Llorens nació en Argentina, vivió en Suecia y México en su infancia. Estudió cine en Buenos Aires, fotografía y dibujo en Londres. Artista visual. Desde el año 1998 trabaja en cine y publicidad como Directora de Arte en largometrajes, comerciales, clips musicales, etc. junto a directores y productoras del mercado local e internacional. El documental La casa de Arguello es su opera prima. Co-dirigió con Amparo Aguilar el unitario documental Relatos de archivo y dirigió el episodio documental “Vioencia mediática" de la miniserie TV contra las violencias para Canal Encuentro. En este momento se encuentra produciendo su segundo documental Las tías. valentinallorens.com