El segundo –y ahora único– detenido por el femicidio de Anahí Benítez, Marcos Bazán, declaró ante la fiscal del caso, Verónica Pérez, y presentó pruebas que apoyan su inocencia. Se ofreció para que le extrajeran sangre para comparar su ADN con las pruebas con que cuenta la fiscalía; entregó la clave de su celular para que los técnicos analizaran sus conversaciones de WhatsApp y llamados telefónicos; sostuvo que su novia tenía fotos en las que demostraba que las ropas de mujer halladas en su casa son suyas y no le pertenecen a Anahí, como habían difundido los informantes del caso. Además recordó que en el expediente figura una denuncia suya presentada en una comisaría cuando todavía buscaban a Anahí, en la que mencionó a un hombre con capucha que salió corriendo del interior de su casa. El lunes fue liberado el primer detenido, Francisco Agostino, profesor de Matemáticas de Anahí.

El abogado de Bazán, Lucio de la Rosa, aseguró que en la indagatoria su defendido accedió de manera voluntaria a que le extrajeran sangre para determinar su ADN y compararlo con las pruebas con que cuenta la fiscalía. Además, “entregó la clave de su celular, que fue incautado en el allanamiento de su domicilio, a los efectos que se analicen los Whatsapp, los mensajes de texto, las llamadas entrantes y salientes”. “Creo y estoy convencido de la inocencia de mi asistido, por eso estamos esperando que se produzca la prueba que va a acreditar lo que mi cliente dijo, que no participó del hecho y no conoce a la víctima”, dijo el abogado.

De la Rosa confirmó que durante la indagatoria de ayer ante las fiscales de la causa, Verónica Pérez y Fabiola Juanatey, su cliente hizo mención a que “uno o dos días después de la desaparición de Anahí”, radicó en la comisaría de Parque Barón una denuncia sobre “un hecho raro que le llamó la atención”.

El defensor explicó que su cliente “había sido víctima de varios robos en su domicilio”, y que “cuando regresaba de su trabajo le faltaban cosas”. Además sostuvo que el lugar “era tierra de nadie”.

“Estaba saliendo once y media de la noche para su trabajo, que ingresaba a las doce, y se cruza a un hombre encapuchado que huye. Él iba en moto y lo intenta atrapar, pero lo pierde en la persecución e inmediatamente preocupado por esta situación, se presenta en la seccional novena de Lomas (de Zamora) y denuncia el hecho, denuncia que está agregada al expediente”, señaló de la Rosa.

“El ingreso a esa reserva de Santa Catalina es por cuatro accesos que no tienen control alguno. Cualquiera tiene acceso a ese lugar”, afirmó el abogado. Al dar una explicación de por qué los perros siguieron el rastro de Anahí hasta la casa de Bazán, De la Rosa sugirió que cualquier persona puede tener acceso al domicilio cuando no hay nadie.

“La casa de mi defendido no tiene medidas de seguridad que impidan el acceso a cualquier persona cuando él no está en su domicilio”, comentó.

Respecto al hallazgo de ropa de mujer en la propiedad de Bazán, el abogado ratificó que se trata de prendas de la novia de su cliente. “La novia tiene fotografías donde está con la ropa que encontraron puesta. Fotos de Whatsapp que tienen fecha y hora. No es algo que uno pueda armar”, señaló al respecto.

Sobre los cabellos que aparentan ser de mujer hallados en el mismo domicilio, el letrado contó que su cliente señaló ayer en la indagatoria que eran de su novia y que ella y la madre de Bazán son “las únicas dos mujeres que entran a su casa”.

Una de las pruebas de la fiscalía sostiene que en un cuaderno de Anahí había una mención a la casa del imputado, pero el abogado negó que las anotaciones de la víctima sean algo concluyente. “Me enfoqué a la referencia de que la víctima había hecho una descripción pormenorizada del domicilio de mi cliente. Resulta que me abren la página, me muestran el subrayado en un texto que habla de un camino de tierra que termina en una casa. Pero es una descripción muy pobre. No hace una descripción detallada”, explicó.

Sobre la coincidencia de que en la propiedad se halló arroz hervido similar al que en la autopsia se descubrió que había ingerido la víctima antes de su muerte, el abogado manifestó que “el arroz tampoco es caviar”. “Bazán refirió que él le cocina a la noche a los perros y que les deja en una olla el arroz en el jardín del fondo”.

También dijo que Bazán “se conocía con el profesor de Matemáticas”, pero aclaró que fue “hace diez años”, cuando Bazán cursaba la secundaria y recibió “tres clases particulares y no lo vio nunca más”.