El exjuez de la Corte Suprema de Justicia, Raúl Zaffaroni, destacó el sobreseimiento dictado por el juez federal Sebastián Casanello a Cristina Kirchner en la llamada “Ruta del dinero”. Allí cargó contra el fiscal Guillermo Marijuan y advirtió por los riesgos de la convivencia del Poder Judicial con medios de comunicación y los sectores económicos concentrados.

Una causa "pasada de revoluciones"

Después de 10 años se cierra un caso en el que el armado mediático y judicial se pasó de revoluciones. El propio fiscal se quedó sin nada.

Ahora lo critican porque no fue tan suicida de seguir adelante. Quizás por temor a que esta exageración tan enorme pueda acarrearle en el futuro algunas consecuencias.

Hasta los más osados tienen algún momento de lucidez y saben que el volátil poder pasa. Y pueden quedar como el único chivo expiatorio.

Jueces y fiscales marionetas

Los poderes fácticos usan a sus mandaderos. Pero cuando la cosa se pone fea, le sueltan la mano. Algunos no se dan cuenta de esto. Creen que son parte del poder fáctico. Se lo hacen creer.

“La investigación se inspiró en una serie de Netflix”, cuestionó el exjuez.

Otros son un poco más cautos o tienen algún instante de lucidez. En este caso hubo de todo, se hicieron pozos en la Patagonia, se inspiró la investigación en una serie de Netflix, casi se viola la tumba de Néstor Kirchner.

El aparato mediático funcionó a full. Se buscaron cuentas en todos los países del mundo. Solo faltaba que revisaran las alcancías de los chicos.

Del amor al odio

Nunca se había visto un armado mediático de una infamia semejante, con mentiras que alcanzaban el grado de lo más desopilante e increíble en la creatividad maligna.

¿De dónde sale tanto odio? Un médico psiquiatra español hace muchos años escribió un libro que se titulaba Los cuatro gigantes del alma. Entre los cuales señalaba el amor y su contrario, el odio.

Es bastante obvio que ambos pueden obnubilar y alcanzar grados muy altos. Especialmente, cuando se vuelven patológicos.

Pero el caso que ahora se cierra por pedido del propio fiscal, atemorizado por la magnitud de la exageración, muestra algo una abierta patología del grupo.

Estafadores estafados

Los delincuentes más creativos suelen ser los estafadores. Los estafadores estudian a sus víctimas. Les hacen caer en un engaño creíble.

“En este caso nos encontramos con sujetos que generaron un engaño poco creíble”, Raúl Zaffaroni.

Pero en este caso nos encontramos con sujetos que generaron un engaño poco creíble. Malos estafadores llevados por el odio hasta perder los límites que el buen estafador nunca pierde.

Quien cree imputar al otro algo falso, si conserva un poco de cordura en su conducta delictiva, lo hará de un modo que resulte más o menos creíble.

Si excede ese límite, como en esta caso algo poco verosímil inspirado en Netflix, es porque pedió todo equilibro. Se infantiliza. Es un mal estafador.