Quizás haya sido el día en que más dirigentes de Juntos por el Cambio pronunciaron la palabra "ruptura". Lo dijo el titular del radicalismo, Gerardo Morales: "No descarto una ruptura". Lo dijo el ex presidente Mauricio Macri, cuando sostuvo que espera que no haya ruptura. Lo dijo la precandidata Patricia Bullrich, cuando dijo que si hay o no ruptura depende de Horacio Rodríguez Larreta. El jefe del gobierno porteño jugó a una maniobra de pinzas entre la convocatoria del Consejo Nacional del PRO y la presión que ejercieron los partidos aliados (UCR, CC y Peronismo Republicano) para que se destrabe la incorporación de José Luis Espert a JxC. Y, detrás de él, todos los demás, empezando por Juan Schiaretti.

Pese al Zoom nocturno que tuvieron en el PRO para bajar un cambio y acordar que un representante de cada sector del partido irá a hablar con Espert, la intensidad de la discusión por las alianzas (sobre todo, por la del gobernador cordobés) no paró ni un poquito). Bullrich lo toreó a Larreta, a quien acusó de querer cambiar las reglas porque se ve perdiendo la interna. Algo similar había sugerido Macri un día antes.

 “La ruptura depende nada más que de Larreta. Larreta sabe que tiene ir a la cancha y no inventar meter a Schiaretti. Jugá limpio, con las cartas limpias, no vale tratar de jugar al rugby si es fútbol. Metete en la cancha. ¿Querés llevarte la pelota porque pensás que no ganás la elección? No vale”, lo prepoteó su adversaria.

De paso, Bullrich volvió a marcar diferencias entre los dos: “Se está discutiendo una profundidad en el cambio, de fondo, que represento yo, y una sin intensidad, más light, que ofrece Larreta al querer meter estos actores”. Y sostuvo que Larreta y Morales "son Massa" por el tipo de cambio que proponen. Además, sostuvo que están adelantando la discusión que iban a tener en las PASO.

Sin retrucar

Rodríguez Larreta, en tanto, juega a no agredir ni contestar las chicanas. "Mi candidatura está sometida a una sola cosa que son mis convicciones. Creo que tenemos que sumar para ganarle al kirchnerismo", insistió con sus argumentos. "No ando diciendo que alguien se baje", dijo, sobre los ataques que recibe.

Sobre el ex presidente, primero Larreta fue cuidadoso: "Respeto a Mauricio Macri, trabajo con él hace 23 años. A lo largo del tiempo hemos tenido la mayoría coincidencias, pero podemos tener diferencias. No hablé en las últimas horas con él. Yo lo respeto mucho y en esto por ahí tenemos alguna diferencia", fue la forma de describir la andanada de cuestionamientos que Macri le dedicó en los últimos días.

Y luego le dedicó, eso sí, una crítica velada: "Vos me preguntás a mí si hay que seguir sumando y te voy a decir lo mismo hoy y el día antes de la elección. Mi convicción no cambia según el día. No va a cambiar si son 20 días antes o cuándo. Todos saben que yo quiero ampliar", insistió sobre la frase de Macri de que no se podía discutir esto ocho días antes del cierre de alianzas. También pareció aludir a que Macri antes elogiaba a Schiaretti y ahora trabaja para no sumarlo a JxC.

El mandatario porteño también reunió a sus ministros en el Teatro Colón. La única silla vacía en las fotos fue la de Jorge Macri, que llegó cuando estaba terminando su discurso. Larreta les pidió a sus funcionarios que no respondan a las provocaciones ni se peleen. "Vamos a tener días de máxima tensión. Es producto del momento en el que estamos", les habría dicho Larreta.

Maniobra de pinzas

Pero, más allá de los discursos, Larreta activó una maniobra de pinzas. Por un lado, el Consejo Nacional del PRO se reunió por Zoom, convocado en la noche del martes por el secretario general del PRO, Eduardo Macchiavelli, hombre de Larreta. Allí acordaron que Macchiavelli junto al presidente del partido, Federico Angelini (alineado con Bullrich-Macri), hablarán con Espert para destrabar su incorporación en la alianza.

Esa fue la primera parte de la pinza. La segunda fue un comunicado firmado por los tres aliados del PRO pidiendo celeridad para sumar a Espert. Lo suscribieron Miguel Angel Pichetto por el Peronismo Republicano, Morales por la UCR y el presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro. Y dice: "Atento a la resolución adoptada por el Consejo Nacional del PRO y siendo partidos fundadores de Juntos por el Cambio (UCR, CC y ERF) solicitamos al PRO que decida, con carácter perentorio, sobre la integración de Avanza Libertad y José Luis Espert". Recordaron que hace un mes que se discute si sumar o no al precandidato de ultraderecha.

El motivo que lo traba es conocido: Bullrich no quiere que Espert sea candidato a presidente en las PASO, porque teme que le reste votos a ella. Los aliados remarcaron que Juntos por el Cambio no puede estar centrado "en internas o sectarismos estériles".

Desde el bullrichismo no se tomaron a bien la misiva. Para muestra, basta cómo le contestó el dirigente tucumano Pablo Walter al titular de la Coalición Cívica: "Con todo respeto, me parece que estás subido en un poni". "La asamblea nacional del PRO es el órgano competente y resolvió delegar en Angelini y Macchiavelli la política de alianzas en forma conjunta. El consenso interno no lo condiciona Carrió, ni Morales, y menos vos", le retrucó.

Bullrich sostiene que el Consejo que convocó Larreta no tiene facultades para resolver nada. Que tienen que ir a la asamblea del PRO. Se trata de órganos atrofiados que rara vez se usaron en un partido muy acostumbrado a resolver las listas y las alianzas de forma vertical. El senador Humberto Schiavoni aseguró que, para ganar en una asamblea, Larreta necesitaría dos tercios de los votos y no los tiene.

Como si fuera poco, desde el bullrichismo amenazan con judicializar toda la discusión.