“La gente no está nerviosa por las elecciones ni por el dólar, la gente está nerviosa porque no llega a fin de mes.” La frase la pronunció Cristina Kirchner durante el acto de cierre de campaña con vistas a las primarias del domingo. Fue un discurso con mayor contenido político, a la vieja usanza, con un llamado al electorado a “poner un límite (al Gobierno) para reconstruir la dignidad de la ciudadanía”.

El escenario elegido no fue casual. Fue la sede de González Catán de la Universidad Nacional de La Matanza, que no funciona porque el ex ministro de Educación Esteban Bullrich no solo no la habilitó, sino que tampoco autorizó las partidas para el pago del cuerpo docente y administrativo. CFK consideró que tal actitud responde a una matriz de pensamiento que predomina en el gobierno macrista en general y en su principal contrincante en particular: “Decían que era el mejor ministro de Educación de la historia de la Argentina, pero ahora lo tienen que esconder y hacer callar la boca, porque cada vez que dice sus ideas, espanta a miles”, dijo Cristina en un discurso con más pimienta que los que había realizado desde que lanzó la campaña. De hecho, el acto ya no contó con la escenografía que había estrenado el 20 de junio pasado. Si bien se mantuvo la condición de hablar ante un grupo reducido de participantes, todos estudiantes de universidades del conurbano, esta vez regresó el escenario con un micrófono.

La ex presidenta le dedicó un rápido repaso a las por lo menos polémicas frases de Bullrich, como la que hizo en ocasión de visitar la casa de Ana Frank “y la curiosa asociación entre el nazismo y las diferencias políticas que podía haber en una sociedad. O hace poco cuando presentó como fórmula para combatir la desocupación la instalación de fábricas de cerveza artesanal o con la mujer, cuando confundió femicidio con abortos”. Incluso le dedicó unos minutos a la última gaffe del precandidato de Cambiemos, cuando dijo que entre las cosas que hace el gobierno de María Eugenia Vidal está “un pibe más que está preso”. 

CFK dijo que el Gobierno tiene invertidos los conceptos de educación y de seguridad. “Para no-  sotros una universidad más y cuantos más pibes estén en ellas, es una cárcel menos.”

Esto le permitió incluso dedicarle un lugar en su discurso a la gobernadora, de quien dijo que “debió abandonar su gestión para ponerse al frente de la campaña de Cambiemos y tuvo que trajinar por todos los estudios de TV habidos y por haber”. Un detalle que la habilitó para afirmar que Bullrich “no era el mejor ministro de Educación de la historia”.

La ex presidenta hizo un paréntesis en su discurso cuando tras relatar que durante la semana habló con Sergio Maldonado y su esposa Andrea, hermano y cuñada de Santiago, que permanece desaparecido desde el 1° de agosto pasado. Mirando a Jorge Taiana, quien estuvo preso durante la dictadura militar, dijo: “Nunca pensé que iba a tener que volver a escuchar el testimonio doloroso de familiares sobre un joven que había desaparecido luego de una movilización y una represión que había sido conducida por un importantísimo funcionario nacional del Ministerio de Seguridad”, señaló CFK, en referencia a Pablo Noceti, jefe de gabinete de esa cartera. Luego, sin vueltas, reclamó que “el Gobierno debe aclarar la situación y que aparezca con vida Santiago Maldonado”.

La precandidata, que estuvo acompañada por ocho estudiantes universitarios de la zona, con los otros precandidatos en un segundo plano, hizo también un balance de lo que fue la campaña. Aseguró que luego de recorrer la provincia y escuchar a la gente “podemos concluir que no sólo se desorganizó la vida de los argentinos sino que retrocedimos y perdimos un piso de dignidad que habíamos logrado, porque no había miedo a perder el trabajo o a no recibir los medicamentos para los ancianos y no pagar las tarifas”. La razón de esto, según Cristina, es que el Gobierno “no tiene noción de qué país está gobernando”.

El pedir el voto no es algo extraño para un candidato, pero Cristina se las ingenió para solicitarlo sin recurrir a la crítica del resto de las ofertas electorales opositoras: “Todos sabemos cuál es el voto que más va a entender el Gobierno como un llamado de atención y una advertencia para cambiar el rumbo”, dijo y la platea estudiantil estalló en aplausos. Luego lanzó una advertencia al pedir que “este domingo, además de construir un voto, cuídenlo, cuídenlo mucho. Oigan lo que oigan, digan lo que les digan, que sus votos sean cuidados. Que los votos que depositemos sean votos constructivos, que expresen ideas, demandas y necesidades, que no sean votos ni de bronca ni de odio”. Luego pidió “humildad y responsabilidad” a la hora de conocer los resultados de las primarias. Una frase que disparó lo que podría considerarse una autocrítica, cuando agregó que “responsabilidad hemos tenido siempre, pero debo reconocer que a veces no hemos sido tan humildes como hemos podido ser y eso también es importante reconocerlo”, concluyó CFK.