Discursos y acechanzas

Ciertos discursos no son meras palabras de circunstancia que lanzan los funcionarios atrincherados en sus despachos. Son amenazas explícitas contra la vida de las personas. Se ha instalado y busca legitimarse un clima que no solo neutralice y discipline a la población sino que además la oriente hacia la resignación y la apatía. A la mansa obediencia ante la prepotencia y las múltiples violencias perpetradas por fuerzas estatales. Violencia material y simbólica.

Los acontecimientos de las ultimas semanas evidencian que la escalada autoritaria no se atenúa; se acrecienta. Tal como señala Agamben, el "estado de excepción" es la regla y entonces las libertades individuales son nulificadas; banalizadas.

Los blancos móviles son variados: Trabajadoras y trabajadores desempleados; mujeres o jóvenes violentados; comunidades indígenas que reclaman tierras. Es de extrema peligrosidad soslayar estas situaciones y acechanzas. Las palabras no son meros enunciados, se materializan en acciones para perpetuar los privilegios emergentes del sistema del capital‑mercancía y su maquinaria. También las palabras expresan las ansias de libertad que no podrán ser acalladas.

Carlos A. Solero

Miembro de la Apdh Rosario