The Stroll: las trabajadoras de la calle 14    6 puntos

The Stroll, Estados Unidos/2023.

Dirección y guion: Kristen Lovell y Zackary Drucker.

Edición: Mel Sukekawa-Mooring.

Música: James Newberry y Jordi Nus.

Duración: 84 minutos.

Estreno en HBO y HBO Max

“Pueden sacarnos a nosotras de The Stroll, pero no a The Stroll de nosotras”, cuenta una transexual cerca del desenlace de este documental -ganador de un premio especial en la competencia oficial del último Festival de Sundance- que registra una porción de un pasado que se ha ido para no volver. Ubicada en un barrio del noroeste de Nueva York conocido como Meatpacking District, la calle del título supo albergar decenas de frigoríficos que despachaban diariamente toneladas de carne envasada. Al ponerse el sol, cuando los camiones y las sierras apagaban sus motores, la escenografía cambiaba por completo para convertirse en una zona roja emblemática de las décadas de 1970, 1980 y 1990, un refugio para transexuales, homosexuales y minorías sexuales marginados que, además de prostituirse, podían ser quienes eran sin tapujos, sin miradas escrutadoras.

Transformada, gentrificación mediante, en una zona hispter con tiendas de moda, galerías de arte y locales gastronómicos con velitas en sus mesas, los alrededores de la calle 14, tal es su nombre oficial, eran el epicentro de una movida que dejó una huella profunda en quienes participaron. Especialmente en Kristen Lovell, que pateó esas veredas hasta gastar los tacos y fue una de las voces del documental Queer Streets (2007). Un documental que, afirma hoy, filmó pasada de drogas. Militante devenida en codirectora junto a Zackary Drucker, Lovell es la encargada de guiar un relato que no escapa a los lugares más comunes de los documentales expositivos, incluyendo cabezas parlantes, voces en off, imágenes de archivo (algunas de notable valía) y animaciones para recrear escenas narradas por sus protagonistas.

Lo particular de los testimonios de quienes frecuentaban el lugar es su tono. Si bien la mayoría de las historias personales están atravesadas por el menosprecio familiar y la prostitución como única alternativa para la supervivencia, The Stroll: Las trabajadoras de la calle 14 tiene una luminosidad infrecuente para los documentales sobre este tema. Sí, hay tristeza y dolor ante recuerdos que preferirían olvidar, pero también una buena cantidad de anécdotas cuyo contexto sórdido no implica ausencia de alegría. No por nada en una de las primeras escenas Lovell dice que no pretende hacer un recorte parcial, sino uno lo más fiel posible a lo que fue aquel periodo de su vida. En un mismo testimonio puede convivir la violencia policial prohijada por el alcalde Rudy Giuliani con una situación que genera la risa de quien habla. Pueden convivir, también, relatos carcelarios con otros regidos por la camaradería y la complicidad.

De todo eso solo queda la memoria oral, fotos y videos. Con el 11-S haciendo de la vía pública un terreno potencialmente hostil, internet consolidándose como el nuevo lugar para la prostitución y el avance de los desarrollos inmobiliarios, The Stroll hoy desprende un brillo imposible de asociar con las imágenes sucias que devuelven los VHS y los noticieros de la época. Varias chicas vuelven a The Stroll y lloran ante un lugar que desconocen, pero la aparición del camión de uno de los pocos frigoríficos que resistieron los embates del tiempo hace que una recuerde lo que ocurría en esas cámaras frigoríficas durante la noche. Que ella ría ante esa imagen figurada en su cabeza es toda una declaración de principios de un documental tan duro como genuinamente noble.