Siempre fui curioso, y con la fotografía pude calmar esa curiosidad, ya sea con las revistas National Geographic que había en mi casa, y me transportaban a otros paisajes, parajes, personajes, no sé, habitantes de regiones remotas, con vestimenta y costumbres diferentes. En los 70 todo era distinto: no había internet, no existía el video, solo había cuatro canales en la tele, la curiosidad solo se podía calmar en libros Plesa, llenos de información sobre temas que iban desde las grandes civilizaciones a monstruos, ovnis o fantasmas, y los libros de fotografía, ir a la casa de amigos de mis viejos y quedarme viendo los libros de temas, lugares, o arte, que no sabía de su existencia, el sólo pensar que había registros de los que me volvía fanático, ya sean paisajes que eran de otro planeta, famosos del cine fuera de las películas o chicas lindas en playas de harina… De ahí pasar a librerías donde te dejaran ver esas publicaciones, en silencio, hasta que te decían "¡salgan de acá!"

Recuerdo un libro de Pedro Luis Raota, todas fotos sin un motivo general, era como un compilado de gente en actividades variadas, gauchos, niños sonriendo, corriendo, con mascotas, tirando agua con una manguera, era algo como simple, pero en una elevación visual nueva para mí, un nuevo fanatismo despertaba en mí: estaban en blanco y negro: eran las mismas imágenes que decoraban los interiores de los primeros Pumper Nic.

Con la fotografía, fue algo que una vez al mes --a veces pasaba más tiempo-- en casa a la noche mi mamá después de comer, preparaba el proyector de diapositivas y la pantalla, con mi hermano apagábamos la luz y veíamos las fotos que se habían tomado en los distintos eventos, cumpleaños, reuniones y viajes que habíamos tenido en familia, todas sacadas por mi papá, que asumo también era un curioso, aunque no era fotógrafo, le gustaba registrar momentos de vez en cuando, con una cámara réflex 35mm, que sacaba del fondo de un placard... Y veíamos ese nuevo rollo diapo, en una especie de ceremonia, con mis viejos contando las anécdotas sobre las imágenes que pasaban en la oscuridad.

También una selección de cosas del pasado que ya habíamos visto en las otras veladas mágicas: el tío dormido, un vagabundo que se le veía el culo en el Viejo Almacén, la bola de cristal de López Rega rota, el Italpark y todas las fotos muy lavadas, el gorila deprimido del zoológico... Más allá de las fotos típicas como todos brindando en algún evento, esas otras rarezas llamaban más mi fanatismo.

Dos libros iniciaron mi despertar fotográfico: uno de Robert Frank, y otro de Annie Leibovitz Photographs 1970-1990, y que en la tapa estaba lo que considero mi fotografía favorita: la de John Lennon desnudo y Yoko con ropa, me atrapó, la paz de Lennon como vino al mundo: un bebé en posición casi fetal, alimentándose del cachete de su madre, mientras que Yoko, vestida, con su mirada distante y sus brazos atrás, sin abrazarlo como él se aferra a ella: esa foto me impactó tanto, que ese fue el primer libro de fotografías que me compré.

La fotografía de esta pareja describía a John y Yoko como siempre me los imaginé, la sensibilidad plasmada en un papel. Con una sola foto podía imaginar como eran ellos. Así entendí que debían ser los retratos, en este caso, sin mostrar una guitarra que me indicara que esa persona era un músico, bueno, da la casualidad que ellos son todo lo que se puede llamar arte, pero la visión de la fotógrafa Annie Leibovitz educó mi ojo para siempre. El libro posee entre sus hojas, muchos ejemplos de retratos perfectos, fui su fan por mucho tiempo, actualmente, su fotografía me gusta, aunque no soy muy fanático del exceso de Photoshop con el que aborda sus temas.

Al tiempo me enteré de que cinco horas después de que la fotógrafa se fuera del Dakota, el departamento de los músicos, John fue interceptado por un fan que le metió un par de balazos, quitándole (quitándonos) la vida de este genio.

Ezequiel F Muñoz (fotoloco) es fotógrafo, videasta realizador, tiene mas de 70 videoclips de bandas locales, dirigió Hay lo que Hay, los 1eros 10 años de Pez (2004), Todo lo que nunca quisiste saber de Los Latigos (2010) y El éxito del secreto, A Tirador Laser en VHS (2014). Publicó un libro de 10 años de fotografias de rock, 15658ROCK (2007) Tal vez lo conozcan como fotoloco, actualmente con tres videoclips en cola, editando dos libros de fotografía, y una colección de relatos absurdos y preparando un documental sobre todas las fotos que se pueden sacar en las calles de Buenos Aires y asi poder retirarse e irse a vivir al campo.