El escrutinio definitivo comenzó en diversas partes del país, excepto en la provincia de Buenos Aires, donde el juez con competencia electoral Juan Manuel Culotta resolvió postergarlo por un día. A Culotta se lo cuestiona por la forma irregular en que ocupa ese juzgado y se lo vincula a altos funcionarios del gobierno nacional. Además de postergar el inicio, el magistrado se dedicó a advertirle a los apoderados de los partidos que repartirá penalidades ante “planteos infundados”. Mientras tanto las respuestas de funcionarios y candidatos macristas fueron de la negación a la burla sobre las denuncias del kirchnerismo, a las que se sumó ayer Margarita Stolbizer, de 1País. El resultado de la elección bonaerense se conocerá en un tiempo que puede ir de los diez a los veinte días a partir de hoy.

Culotta fue designado como juez subrogante en el juzgado electoral tras un muy cuestionado traslado del juzgado que ocupaba en Tres de Febrero. En tribunales, se lo vincula al secretario Legal y Técnico, Pablo Clusellas, amigo del secundario del presidente Mauricio Macri, y a otro de los amigos del Cardenal Newman: José Torello, jefe de asesores del Presidente. También es amigo de la infancia de Alejandro Pérez Chada, abogado personal de Macri. Desde el comienzo de esta elección, Culotta no sólo es cuestionado por sus relaciones y la forma en que llegó a ocupar el cargo, sino por las medidas que dictó. Al dejar afuera de la interna del PJ a Mario Ishii, la Cámara Nacional Electoral le señaló a Culotta: “No es difícil advertir que la actitud asumida por el señor magistrado de primera instancia en las presentes actuaciones no se condice con la eficaz prestación del servicio de justicia.” En el fallo que firmaron los camaristas Santiago Corcuera y Alberto Dalla Vía, amonestaron a Culotta: “El señor juez de grado acabó privando de la jurisdicción a una parte que merecía la resolución del caso.” Ese fallo podría haber sentado las bases para una eventual recusación del kirchnerismo, aunque por ahora en Unidad Ciudadana quieren esperar y ver cómo se comporta el juez. 

Lo cierto es que las primeras medidas de Culotta no fueron muy auspiciosas. Primero, informó que recién hoy empezará el recuento definitivo, en el que se sabrá el verdadero resultado de la elección. Será desde las 8 de la mañana en el Teatro Argentino de La Plata. El recuento irá de 8 a 13 y luego de 14 a 19 y no se detendrá ni fines de semana ni feriados hasta completarse. En medio del contexto de denuncias, Culotta le advirtió a los fiscales y apoderados que el Código Nacional Electoral lo habilita a fijar penas (van de multas hasta la inhabilitación política por diez años) para quienes impugnen votos “con un propósito obstruccionista” o presenten denuncias infundadas, a las que podrá considerar “temerarias o maliciosas”. Toda una declaración de principios.

Desde el Gobierno, volvieron a negar que hayan existido irregularidades en el escrutinio provisorio. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, lanzó: “Me llama poderosamente la atención que el kirchnerismo, con el daño que le ha hecho a la República, con el énfasis que puso en destruir el valor de la palabra, ahora hable de republicanismo, de ética y de verdad.”

“Le recuerdo a todos y también a la ex presidenta que parece que tuvo un olvido, para decirlo de alguna forma, que en la última elección tuvimos que esperar hasta el mediodía del día siguiente para la finalización de la carga de telegramas”, afirmó el funcionario, que pidió que no “ensucien la elección”. “Siguen mintiendo a 19 meses de dejar el poder”, bramó.

Por su parte, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, minimizó las consecuencias de la paralización del conteo el domingo. Sostuvo que si CFK queda arriba en los votos, “es irrelevante”. “Si ganamos o perdemos por un punto, es irrelevante”, indicó. También afirmó que el kirchnerismo solo existe en “un puñado de municipios”. Otros candidatos, casi como siguiendo el mismo guión, pasaron a mofarse de las denuncias sobre el escrutinio: la gobernadora María Eugenia Vidal aseguró que “a lo mejor la ex presidenta está decepcionada porque esperaba sacar más votos”; la candidata a senadora Gladys González afirmó que “está construyendo un relato, como cuando gobernó”; y la candidata a diputada Graciela Ocaña indicó: “Siempre pasó lo mismo en provincia... Se ve que antes Cristina se acostaba temprano.” 

En la oposición no había tantos chistes con respecto a la forma en la que se condujo el escrutinio. A las denuncias del kirchnerismo, se sumó ayer la candidata a senadora de 1País Margarita Stolbizer, que aprovechó a cuestionar a sus dos adversarios: “Me llama la atención que los tramposos de siempre se escandalicen por la picardía de ‘los Cambiemos’. Que los tramposos de siempre se vengan a escandalizar de esto y que estos se hagan los puros, la verdad...”, dijo sobre kirchneristas y macristas. Stolbizer sostuvo que hubo una carga sesgada “y es la misma que hicieron los otros”.  En el mismo sentido se pronunció Néstor Pitrola, del FIT: cuestionó a unos y a otros por la “manipulación de la información”. 

En tanto, la apoderada de Unidad Ciudadana Graciana Peñafort sostuvo que está trabajando en filtrar la información que tienen “para hacer la presentaciones que correspondan y para hacer la interpelación al ministro Frigerio”. “Las demás fuerzas políticas deberían acompañar esto porque perjudica a todas las fuerzas. Hay sectores de izquierda que han sido víctimas no directas de la maniobra”, indicó. 

“Tenemos testimonios de cómo en dos momentos de la noche se ordenó dejar de cargar datos. Los datos venían pre procesados, le llegaban como paquetes. Cuando empezaron a entrar los datos de Berazategui se dejó de cargar. Son lugares donde Unidad Ciudadana había sacado mayor cantidad de votos y de habitantes”, remarcó Peñafort. “En Avellaneda se cargaron más datos de las elecciones de concejales que de diputados y senadores. La maniobra existió y dejó la huella física en la carga de los datos”, detalló. Y destacó que “los empleados del Correo están dispuestos a testificar”.