Para Sergio Massa, la campaña es una larga carrera de resistencia en la que las PASO constituyen solo la primera posta. Es un proceso de acumulación a 90 días en el que el objetivo a corto plazo es consolidar la elección de tercios y afianzar el voto nativo del peronismo, asegurándose que este no se vaya con Javier Milei o, peor aún, que ni siquiera vaya a votar. En ese contexto, el ministro candidato encaró el último día antes de que empiece a regir la prohibición de actos de gobierno con un raid por el conurbano bonaerense en el que aprovechó para mostrar sus credenciales kirchneristas. 

En Quilmes, tierra de Mayra Mendoza y acompañado por Eduardo "Wado" de Pedro, Massa recibió un baño de respaldo camporista y volvió a insistir en su consigna: "Hay que pagarle al FMI para que la Argentina sea soberana". Este miércoles, mientras tanto, el ministro de Economía se reunirá con la CGT y se hará, así, con la última (y de las más importantes) postales de respaldo panperonista a su precandidatura presidencial.

"La discusión es para adelante o para atrás. Para atrás están los que hace cuatro años ajustaron jubilaciones, pararon obra pública y quieren cobrar la universidad. Para adelante está pagarle al Fondo para sacarlo definitivamente de la Argentina, para adelante están más universidades, más polideportivos y más seguridad", exclamó Sergio Massa bajo el sol frío del mediodía quilmeño durante la inauguración del polideportivo "La ciudad de los deportes" en San Francisco Solano. 

Lo acompañaban la intendenta Mayra Mendoza, el ministro de Interior (y jefe de campaña y precandidato a senador) "Wado" de Pedro, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau. "Massa presidente", cantaron, en dos ocasiones, los vecinos y vecinas de Quilmes presentes, agitados por la propia intendenta de La Cámpora que, minutos antes, había afirmado: "Necesitamos que Sergio Massa conduzca los destinos del país para poder defender los derechos de las mayorías. Porque no le tiembla el pulso y no se va arrodillar ante el altar del ajuste que pide el FMI".

En parte para diferenciarse de la negociación que encabezó Martín Guzmán y en parte para la tribuna kirchnerista, el tigrense viene haciendo del enfrentamiento con el FMI uno de sus ejes de campaña. "El Fondo es un problema con el que vamos a tener que convivir hasta que tengamos la posibilidad de ser un país soberano. Pero a la hora de sentarnos, hay cosas que no se pueden resignar", advirtió en Quilmes, entre los aplausos de quienes lo acompañaban. 

Mientras hablaba, el equipo que el ministro de Economía había enviado a Estados Unidos encaraba las primeras reuniones técnicas con el staff del FMI para negociar un nuevo entendimiento. En Hacienda calculan que, de resolverse los últimos detalles, Massa estará viajando a la noche para firmar el nuevo acuerdo. "Y ahí contará qué era lo que Fondo pedía y qué fue lo que les terminamos dando", deslizaban, misteriosos, desde el Palacio de Hacienda. 

El mismo clima se vivió horas después, también en Quilmes, junto al gobernador Axel Kicillof y la titular de la Anses, Fernanda Raverta, durante la inauguración de una nueva sede de la Anses. Horas antes, sin embargo, Massa había hecho gala de su doble identidad discursiva en Merlo, en donde participó de la entrega de patrulleros y de la presentación de la base de la Fuerza Barrial de Aproximación. Allí, el tigrense decidió hacer hincapié en un tema que históricamente ha privilegiado en elecciones pasadas (muchas de las cuales lo habían tenido en la vereda opuesta del kirchnerismo): la seguridad.

"Salud y seguridad son todo, porque en definitiva son la vida. Cuando no tenemos salud, cuando no caminamos seguros, cuando tenemos miedo, no tenemos nada, no hay plata, no hay trabajo, no hay casa que reemplace el vivir con miedo", enfatizó el precandidato presidencial, quien estaba acompañado por Axel Kicillof, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y el intendente de Merlo (en uso de licencia), Gustavo "Tano" Menéndez. 

En el acto, en donde también despachó elogios con Kicillof --quien, a su vez, lo había introducido como "el próximo presidente de la Nación"--, recordó su gestión en Tigre cuando era intendente y afirmó: "Invertir en Seguridad es invertir en la patria". Sus declaraciones iban directamente en línea con uno de los ejes estratégicos del comando de campaña massista. Esto es: hablarle a las clases trabajadores medias, un sector que siempre siempre le ha sido esquivo al kirchnerismo. 

Massa en la CGT

Siguiendo la lógica hiperactiva del esquema de campaña del ministro candidato --en el que los actos de campaña se cruzan con los de gestión--, este miércoles Massa participará en un acto organizado por la CGT en su sede de la calle Azopardo. "Vamos a brindar nuestro respaldo a la fórmula presidencial de Unión por la Patria", señalaron desde la central sindical, cuyos representantes se habían reunido la tarde anterior con el otro precandidato presidencial de UP, Juan Grabois. 

El acto se realizará en salón Felipe Vallese a las 15 y contará con la presencia del precandidato a vicepresidente, Agustín Rossi y los triunviros, Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, así como de los representantes de los gremios que componen la CGT.

Hace una semana, la CGT había publicado un documento en el que destacaba que la fórmula Massa-Rossi representaba "los principios del Justicialismo, por lo que las banderas de los derechos del trabajo, de salud y de la educación deben ser sustentadas por un proyecto que se plante". Este miércoles, confirmarán estas palabras con una foto.