El jueves por la noche, cuando muchxs festejaban el Día del Amigx, la puerta de los cines se transformaron en sendas pasarelas rosas, porque la fiebre por el film de la muñeca Barbie, llegó a las salas de nuestro país. Personas disfrazadas de ella, carteles alusivos, una excitación a la salida y entrada de las proyecciones y brillo, mucho brillo vistió el estreno de la peli de Greta Gerwig.

Por dentro, las salas (al menos a la que asistió esta cronista) explotaba de risa y por momentos admiraba boquiabierta la realización cinematográfica, el despliegue y la correspondencia de colorimetría entre el afuera y el adentro de esta historia.

¿Qué harías si fueses una Barbie estereotípica que vive en el perfecto vecindario, en tu inmensa y colorida “dreamhouse”, pero un día te despertás y no sentís que no va a ser el mejor día de tu vida? Empezás a sentir que tu adorada y rutinaria vida comienza a deteriorarse cada segundo más ¿O te sacas los zapatitos de muñeca y tu pie se vuelve plano como el de un humano y pierde ese estilizado empeine? En 114 minutos, la directora de Lady Bird (2017) ilustra dos universos en los que el público viaja a lo largo del largometraje: el Mundo Real versus Barbieland.

Este nuevo y esperado live action plantea toda una estética plástica con colores estridentes y vestuarios extraordinarios que usan lxs muñecos de tantas infancias, pero aunque a primera vista pudiera parecer otra película de Barbie, esta genial cinta busca dejar un mensaje y pone sobre la mesa debates sobre temas de género como la estructura central del patriarcado y todos sus tentáculos operando sobre las vidas de las personas.

Un film que gente de cualquier edad puede admirar, una comedia con momentos musicales perfectamente coreografiados que bajo las risas esconden críticas con peso propio tanto sobre la realidad que vivimos las mujeres en el Mundo Real como la realidad que transitan las mismas Barbies dentro del mundo Mattel y los lugares que ocupan las mujeres y las identidades feminizadas en el planeta consumidor e híper acelerado en el que vivimos.

En este mundo idílico de las muñecas, ellas son las que lo manejan todo. Tienen todo tipo de profesiones de poder y liderazgo: deben ser desde astronautas hasta presidentas y parte de la Corte Suprema, mientras que los Kens son solamente caras bonitas que tienen objetivos de vida simples y son totalmente dependientes de la Barbie de la que están enamorados, mientras que ellas los mandan derechito a la zona de amigos. Según ellas: “todas las noches son noches de chicas”.

La película se siente fresca, por momentos utópica y lejana también, ¿Es posible un mundo donde caminar por la calle no implique soportar miradas y/o comentarios sobre el cuerpo? Resulta difícil imaginarlo en un futuro cercano, pero en el mundo lleno de brillo rosa, la moneda corriente invierte los roles, algo que solo para nutrir la imaginación de una audiencia desprevenida, puede ser muy refrescante y esperanzador. 

Más allá de que la cinta no deja de ser sobre Mattel y su producto estrella, Greta Gerwig toma todos los recursos que tiene a su alcance y entrega este producto hermoso que conmueve y también revuelve los recuerdos y apela a la nostalgia de muchas generaciones que crecieron jugando a ser veterinarias, científicas o, simplemente, discapacitadas coquetas. Una voz firme y humana para el juguete más icónico de la historia.

¿Logrará la película derrocar al patriarcado y lograr que cada mujer en el mundo se libre de las consecuencias del mismo? La respuesta es no y es poco probable que el objetivo de Greta Gerwig haya sido con ese enfoque, pero sí es cierto que la película introduce un mensaje claro y contundente, entregado con mucho corazón. Dentro del universo Barbie, las otras muñecas representan la diversidad racial y presentan una variedad de cuerpos diferentes. Existe también un grupo de muñecxs descontinuados como por ejemplo un Ken que tenía guiños a la comunidad gay (como un arete argolla en la oreja y un collar con un cockring), el Ken Sugar Daddy (él era el Daddy y su perrito se llamaba Sugar) y la Barbie embarazada.

Les preadolescentes, adolescentes y adultos pueden disfrutar de esta película desde los mismos lugares (y también desde otros diferentes), a alguien le puede generar una duda existencial en la que se cuestione ¿Quién soy?, otre puede disfrutar de todos los looks increíbles e icónicos que visten los personajes, y alguien puede irse de la sala de cine cantando Dance The Night, de la flamante Dua Lipa o la nueva versión de Barbie World con Nicki Minaj, Ice Spice, Aqua –ambas canciones parte del soundtrack “Barbie The Album” que contiene canciones de Charli XCX, Sam Smith, PinkPantheress, Tame Impala, entre otrxs–.

Tomas y recursos increíbles como Barbie flotando para bajar de su Dreamhouse, los ya renombrados zapatos, canciones que acompañan perfecto el clima y un humor (no tan fácil de digerir para cualquier persona) con tono irónico dejan plantada su bandera con gracia. Un guión lleno de guiños a la cultura pop de los 70's, 80's y 90's y muchas preguntas flotando en el aire en esta versión de Greta Gerwig que ya vendió más de un millón de entradas en Argentina.