Alejandra "Locomotora" Oliveras, internada desde el 14 de julio en el Hospital María Cullen de Santa Fe por un Accidente Cardiovascular (ACV) isquémico, se encuentra "hemodinámicamente estable" y continúa con la "asistencia mecánica respiratoria", según el último parte médico emitido por el director del nosocomio, Bruno Moroni. También precisó que la exboxeadora se mantiene "sin cambios neurológicos respecto a los días previos", y aseguró que continuará "bajo seguimiento permanente por parte del equipo de la Unidad de Terapia Intensiva".
"Su pronóstico continúa siendo reservado", concluyó el médico en el comunicado de este jueves. Sin embargo, el jefe del equipo de cerebrales agudos del hospital, Alejandro Musacchio, brindó un panorama más desalentador durante esta mañana. En comunicación con un noticiero televisivo, detalló que la excampeona mundial de boxeo femenino "se encuentra gravísima".
Los médicos anticiparon este miércoles que la lesión cerebral era grave, y determinaron que las consecuencias serán "irreversibles". La exdeportista, de 47 años, tiene paralizado el lado izquierdo de su cuerpo, y todavía no se sabe a ciencia cierta las dificultades de orden cognitivo o motriz que enfrentará si supera el cuadro actual.
El origen del ACV fue "una patología vascular no controlada", indicó el equipo médico que la atiende. "Tenía una estrechez en la carótida derecha con una placa de ateroma y calcio”, explicó el médico Alejandro Musacchio en una entrevista con un noticiero televisivo. La boxeadora tenía un problema en los vasos sanguíneos que no estaba controlado. En la carótida derecha, se le formó una placa de grasa y calcio, lo que hizo que se achicara el flujo sanguineo y dificultara la irrigación al cerebro.
"Momentáneamente, no se pueden hacer otros tratamientos por qué, en el periodo en el que está ella, lo más importante es sostener la estabilidad clínica", explicó en otra ocasión el jefe de la Unidad de Terapia Intensiva, Néstor Carrizo.
¿Qué es un ACV isquémico?
El ACV isquémico se produce cuando el flujo sanguíneo se interrumpe o se reduce drásticamente, impidiendo que el tejido cerebral reciba suficiente oxígeno y nutrientes. Los síntomas más comunes son:
- Entumecimiento o debilidad repentina de la cara, brazo o pierna (especialmente en un lado del cuerpo).
- Confusión repentina, dificultad para hablar o entender el lenguaje.
- Dificultad repentina para ver con uno o ambos ojos.
- Problemas repentinos para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación.
- Dolor de cabeza severo repentino sin causa conocida.
Los profesionales que tratan a Oliveras evitaron asociar directamente el ACV con su carrera deportiva: “Lo único que constatamos fue la obstrucción de una arteria, que hizo que no le puede llegar el flujo sanguíneo”.
Cada año, cerca de 15 millones de personas sufren un ACV en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De ese total, cinco millones fallecen y más de cuatro millones quedan con secuelas permanentes, lo que convierte al ACV en la primera causa de discapacidad y en la cuarta de muerte a nivel global. En Argentina, se registra un caso cada 9 minutos —alrededor de 126.000 por año— y representa la principal causa de discapacidad permanente en personas adultas.